El sistema inmunológico es el encargado de defender al organismo contra agentes externos como virus, bacterias, hongos y toxinas. Su función principal es reconocer y eliminar estos patógenos para prevenir enfermedades. Está compuesto por células especializadas (como los glóbulos blancos), tejidos y órganos como el bazo, los ganglios linfáticos y la médula ósea.
Para mantener el sistema inmunológico en condiciones óptimas, es fundamental llevar un estilo de vida saludable. Esto incluye una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas y vitaminas (especialmente C, D y zinc), así como dormir entre 7 y 8 horas diarias, realizar actividad física con regularidad y evitar el estrés crónico. También es importante no fumar, limitar el consumo de alcohol y mantener una buena higiene. Además, la vacunación ayuda a preparar al sistema inmune para reconocer y combatir ciertos patógenos. Con estos cuidados, el sistema inmunológico puede funcionar de manera eficaz y proteger el cuerpo adecuadamente.
Sistema inmunológico reforzado
Un equipo de investigadores de la Universidad de Auckland, liderado por el profesor asociado Christopher Hall, ha descubierto que la luz del día refuerza la capacidad del sistema inmunológico para combatir infecciones. Publicado en Science Immunology, el estudio se centró en los neutrófilos, los glóbulos blancos más abundantes en nuestro organismo, que actúan como primera línea de defensa bacteriana.
Usando pez cebra como modelo experimental, aprovechando su cuerpo transparente para observar en tiempo real, los científicos demostraron que estos neutrófilos poseen un reloj circadiano interno sensible a la luz.
Durante las horas del día, sus capacidades bactericidas -como movilidad, adhesión y producción de especies reactivas del oxígeno- están significativamente potenciadas. En contraste, al desactivar este reloj molecular, las células pierden su ventaja diurna y muestran una respuesta inmunitaria uniforme y menos eficaz.
Este fenómeno parece tener una base evolutiva, ya que los organismos diurnos están más expuestos a posibles infecciones durante el día, por lo que haber sincronizado la protección inmunológica con la luz solar representa una ventaja adaptativa. Asimismo, podría explicar por qué las personas con horarios de sueño irregulares o trabajadores nocturnos presentan una mayor susceptibilidad a infecciones.
Los autores destacan que este hallazgo abre la puerta al desarrollo de nuevas terapias que apunten al reloj circadiano de los neutrófilos para fortalecer la respuesta inmune, especialmente contra enfermedades inflamatorias.
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