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Cómo diferenciar los acrocordones de las verrugas ¡Te lo contamos!

Con estas diferencias sabrás qué son y cómo tratar cada una de ellas con resultados satisfactorios

Lunes, 07 de octubre de 2024 a las 09:30 am
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Los acrocordones y las verrugas son dos tipos comunes de protuberancias en la piel que a menudo se confunden, pero tienen características distintas que los diferencian. Conocer estas diferencias es esencial para identificar correctamente cada uno y, si es necesario, buscar el tratamiento adecuado.

 

Acrocordones

También conocidos como "fibromas blandos" o "papilomas cutáneos", son pequeños crecimientos benignos de la piel. Generalmente, son suaves, del mismo color que la piel o ligeramente más oscuros, y cuelgan de la piel como si estuvieran conectados por un tallo delgado.

 

Suelen aparecer en áreas del cuerpo donde hay pliegues o roce constante, como el cuello, las axilas, los párpados, o la ingle. Los acrocordones no son dolorosos ni contagiosos, pero pueden irritarse o inflamarse si se frotan con la ropa o se rascan. Su origen se asocia principalmente con el envejecimiento, la obesidad, la diabetes y el embarazo.

Verrugas

Son protuberancias causadas por el virus del papiloma humano (VPH). Son contagiosas y pueden transmitirse a través del contacto directo con una verruga o con superficies infectadas.

 

A diferencia de los acrocordones, las verrugas tienen una superficie rugosa, a menudo elevada, y pueden variar en color desde rosado hasta marrón oscuro. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en las manos, los pies y las rodillas.

 

Algunas verrugas pueden ser dolorosas, especialmente si se encuentran en áreas sometidas a presión, como las plantas de los pies (verrugas plantares).

Diferencias

Una de las principales diferencias entre ambos es su origen: los acrocordones son crecimientos inofensivos, mientras que las verrugas tienen una causa viral. Además, las verrugas son contagiosas, mientras que los acrocordones no lo son.

 

Aunque ninguno de estos crecimientos suele ser grave, si una protuberancia cambia de tamaño, color o forma, es importante consultar a un dermatólogo para un diagnóstico adecuado y, si es necesario, recibir tratamiento.

 

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