Un mes después de la publicación de "A quien quiera escuchar", Ricky Martin se ratifica en las impresiones que avanzó cuando preparaba este disco: "Es el mejor de mi vida", insiste, ante el que califica como "un álbum para músicos" y, sobre todo, el mayor ejercicio que ha hecho de exposición sentimental.
"Hay vulnerabilidad. No le tuve miedo a sentir y dejé fluir todo en el proceso creativo", cuenta el artista puertorriqueño durante una entrevista en la que se muestra relajado, conectado con esa noción de "espiritualidad" que aflora en los tatuajes de henna de sus manos y a la que apela como fuente de superación de sus conflictos internos.
Han tenido que pasar nueve discos de estudio desde "Ricky Martin" (1991) para llegar a la honestidad que exhibe en "A quien quiera escuchar" (Sony Music), casi una novela sentimental en la que se narra el ciclo del amor a través de canciones que nacieron y que respiran en español.
"Es lo que necesito hoy en día", afirma Martin, que se pregunta si eso ha influido en un "nivel de sinceridad que traspasa incluso las barreras del idioma" y que ha llevado el álbum al número 1 en ventas en países de Oriente Medio.
Producido por Julio Reyes Copello, con el que trabajó en "Almas del silencio" (2003), "A quien quiera escuchar" fue grabado entre Puerto Rico, Los Ángeles, Ciudad de México y Australia mientras participó como "coach" en el programa "La voz"./Con información de EFE
2015-03-11