La temporada festiva invita a muchas personas a atreverse con maquillajes más llamativos y glamurosos. Sin embargo, cuando se trata de piel madura, la clave no está en buscar efectos excesivos, sino en potenciar la luminosidad y naturalidad con moderación.
Una buena rutina comienza con una piel bien hidratada y productos adecuados: de ello depende que el rostro luzca radiante sin que el maquillaje marque líneas, poros o pliegues. En fiestas o celebraciones, podríamos sentir la tentación de usar bases muy cubrientes, polvos compactos o sombras de ojos con mucho brillo. Por eso, es importante escuchar los consejos de quienes saben: la idea no es disfrazar la piel, sino realzar su belleza con sutileza y elegancia.
Maquillaje festivo favorecedor en piel madura
Para un rostro maduro, la experta Beatriz Bernal recomienda evitar ciertas decisiones comunes que pueden endurecer los rasgos. En lugar de aplicar bases mate pesadas o demasiada purpurina, conviene optar por acabados luminosos, suaves y ligeros.
Las bases demasiado mate pueden acentuar líneas, poros y arrugas, mientras que la purpurina excesiva suele marcar texturas que no hacen justicia al rostro.
¿Cómo lograrlo?
El punto de partida ideal es preparar bien la piel: limpiarla e hidratarla, y aplicar un producto nutritivo o iluminador antes del maquillaje. Después, usar bases ligeras, preferentemente con acabado luminoso, y sombras satinadas que den brillo sin resecar ni marcar.
Si se trabaja el maquillaje de ojos, es mejor hacerlo con mesura: sombras en tonos tierra, difuminadas y un toque controlado de luz estratégicamente colocado puede abrir la mirada sin cargarla.
Para los labios, la recomendación es elegir tonos que favorezcan tu subtono natural: si las venas de la muñeca se ven azuladas, mejor colores como frambuesa o borgoña; si son verdosas, tonos rojizos anaranjados o ladrillo. Además, texturas cremosas o nutritivas ayudan a mantener el confort y suavidad, algo particularmente valioso en pieles maduras.
Por último, la regla clásica: si los ojos destacan, que los labios sean discretos; y si los labios son fuertes, suaviza los ojos. De ese modo, el maquillaje luce equilibrado y elegante, en lugar de recargado o sobrecargado.
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