De acuerdo a la enciclopedia Medline Plus, el magnesio ayuda a mantener el funcionamiento normal de músculos y nervios, brinda soporte a un sistema inmunitario saludable.
El magnesio mantiene constantes los latidos del corazón y ayuda a que los huesos permanezcan fuertes. También ayuda a ajustar los niveles de glucosa en la sangre y a la producción de energía y proteína.
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La dosis diaria de magnesio que requiere una persona, depende de la edad y el sexo.
No es necesario, salvo recomendación médica, tomar suplementos de magnesio, pues puede obtenerse de los alimentos que se consumen a diario.
Estos son algunas de las fuentes de magnesio:
Frutas (bananos, albaricoques, damasco secos y aguacate).
Nueces (almendras y anacardos)
Arvejas (guisantes) y frijoles (leguminosas), semillas.
Granos enteros (arroz integral y mijo).
Leche, yogur y otros productos lácteos.
Las presentaciones de magnesio en los suplementos dietéticos de fácil absorción son: el aspartato de magnesio, citrato de magnesio, lactato de magnesio y cloruro de magnesio.
¿Cuáles son los síntomas de la falta de magnesio?
Los principales síntomas de la carencia de magnesio en el organismo son la debilidad muscular, pérdida del apetito, náusea, vómitos, fatiga, debilidad y somnolencia.
En casos más severos puede experimentarse hormigueo, latidos cardiacos irregulares, entumecimiento, cambios de personalidad y entumecimiento.
Esta deficiencia puede presentarse en personas mayores, pacientes diabéticos y en aquellas que tienen una alta ingesta de bebidas alcohólicas.
Actualmente hay una tendencia a tomar suplementos de este mineral, lo que, sin una adecuada supervisión médica, puede traer consecuencias para la salud.