La vida de Bill Gates parece sacada de una novela que mezcla rebeldía juvenil, visión de futuro y la ambición desmedida de alguien que estaba convencido de que podía cambiar el mundo desde un teclado. El cofundador de Microsoft no solo levantó un imperio tecnológico desde cero, también transformó la forma en la que millones de personas trabajan, se comunican y entienden la tecnología.
Los primeros destellos de un genio inquieto
William Henry Gates III nació en 1955 en una familia de clase acomodada en Seattle. Desde niño mostró un apetito voraz por el conocimiento y un ingenio particular para resolver problemas. En la secundaria ya pasaba noches enteras frente a un terminal de computadora, una rareza para la época. Con apenas 13 años programó su primer software: un sencillo juego de tres en raya que anunciaba lo que vendría.
Harvard: el inicio de la leyenda y el abandono más famoso
En 1973 ingresó a Harvard, donde parecía tenerlo todo: inteligencia, recursos y futuro asegurado. Pero el destino lo empujó por otro camino. Ahí conoció a Steve Ballmer y profundizó su amistad con Paul Allen, con quien compartía la obsesión por la naciente industria del software. Cuando en 1975 apareció el primer microordenador comercial, el Altair 8800, Gates vio la oportunidad de su vida. Decidió abandonar Harvard y apostarlo todo a un sueño.
El nacimiento de Microsoft
Con Allen fundó Micro-Soft, un pequeño negocio de desarrollo de software. Su primer gran golpe fue adaptar el lenguaje BASIC para el Altair. Poco después, Gates sellaría el acuerdo que lo catapultó: suministrar a IBM un sistema operativo para sus computadoras personales. Compró por apenas 50 mil dólares un software llamado QDOS, lo adaptó, lo rebautizó como MS-DOS y lo licenció a IBM sin ceder los derechos. Esa jugada maestra lo convirtió en multimillonario.
Windows: la ventana al mundo
En 1985 lanzó Windows, una interfaz gráfica que cambió para siempre la relación entre el usuario y la computadora. Desde entonces, el sistema operativo se convirtió en el estándar global y llevó a Microsoft a dominar la industria. A los 31 años, Bill Gates ya era el multimillonario más joven del planeta.
Controversias y batallas legales
Su meteórico ascenso no estuvo libre de polémicas. Fue acusado de prácticas monopólicas y enfrentó duros procesos legales en los años noventa. Gates, sin embargo, demostró ser tan feroz en los tribunales como en los negocios. Aunque Microsoft fue obligado a modificar sus prácticas, el imperio ya era indestructible.
El giro hacia la filantropía
Con el paso de los años, Gates dejó la dirección de Microsoft para dedicarse a la Bill & Melinda Gates Foundation, enfocada en la salud, la educación y la lucha contra la pobreza. Sus inversiones en vacunas y programas sociales lo han convertido en uno de los filántropos más influyentes de la historia.
El hombre detrás del mito
Hoy, Bill Gates es mucho más que el cofundador de Microsoft. Es un ícono cultural, una referencia de éxito y también una figura controvertida: criticado por su fortuna descomunal, pero admirado por su impacto social.
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