El largo y mediático conflicto legal entre los coprotagonistas de Romper el círculo (It Ends With Us), Blake Lively y Justin Baldoni, vive un punto de inflexión. La demanda de difamación por 400 millones de dólares que Baldoni interpuso contra Lively, su esposo Ryan Reynolds y el periódico The New York Times ha sido oficialmente retirada, marcando un revés significativo para el director.
La conclusión de este capítulo se produjo cuando Baldoni permitió que expire el plazo legal para presentar una enmienda a su demanda, después de que un juez federal de Manhattan la desestimara el pasado mes de junio. El juez Lewis Liman determinó en su momento que la acusación de difamación no cumplía con los requisitos legales, destacando que las declaraciones de Lively en su denuncia civil gozaban de protección legal Frente a este escenario, Baldoni no presentó los nuevos argumentos solicitados por el tribunal, lo que resultó en el desplome definitivo de su contrademanda.
Una victoria para Blake Lively
Este desenlace representa una victoria táctica para Blake Lively, quien no solo ve cómo la demanda en su contra se desvanece, sino que ha solicitado a la corte que Baldoni se haga cargo de los honorarios de sus abogados incurridos para defenderse de esta demanda ahora fallida. Los abogados de la actriz ya habían celebrado la desestimación inicial como una "reivindicación completa" y una muestra de que las "demandas retaliatorias diseñadas para silenciar a quienes alzan la voz no funcionarán".
Sin embargo, la guerra legal dista de haber terminado. La demanda original por acoso sexual y represalias que Blake Lively presentó en diciembre de 2024 contra Justin Baldoni sigue su curso y tiene una fecha de juicio fijada para el 9 de marzo de 2026. Este caso central, que aleja comentarios sexuales inapropiados y una campaña de desprestigio por parte del director, continúa avanzando en los tribunales federales de Nueva York.
Las nuevas acusaciones
Mientras se acerca la vista del juicio principal, Baldoni enfrenta nuevas acusaciones. Los abogados de Lively presentaron documentos ante el tribunal alegando que el director y su equipo utilizaron aplicaciones de mensajería efímera y 'trucos' digitales en un intento por ocultar pruebas críticas para el caso. Esta maniobra, según la defensa de la actriz, formaba parte de una estrategia consciente para evitar incriminarse durante la campaña de desprestigio que supuestamente orquestaron.
Así, aunque un capítulo millonario en esta batalla judicial se cierra, el conflicto central que enfrenta a las dos estrellas de Hollywood permanece más vigente que nunca, con ambas partes preparándose para un juicio que promete mantener la atención del mundo del espectáculo y los medios el próximo año.
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