Fabiana Mogollón. Ll | @JustFabi_
Hoy se cumplen 25 años de la partida física del ídolo de ídolos. El famosísimo cantante, compositor y vocalista de la banda Queen; el máximo exponente de rock de la historia: Freddie Mercury. El que sí rockea.
Para celebrar su obra inmortal y en honor a su memoria, hemos creado una lista con las que consideramos las mejores piezas de rock del mundo.
Bohemian Rhapsody (Rapsodia Bohemia)
Polémica. Así se define Bohemian Rhapsody. Esta melodía encarna el grito desesperado de un hombre. Un hombre común que, después de haber cometido un parricidio, se arrepiente. Sí, este hombre mató a su progenitor.
No podemos afirmar que se trate de un episodio directamente relacionado con Mercury; puesto que hay mucho misterio alrededor de la pieza y además, la estrella de Queen nunca quiso revelar el verdadero significado de esta paralizante letra, pero sí dijo que "es una de esas canciones que tienen un aura de fantasía alrededor. Pienso que la gente debería simplemente escucharla, pensar en ella y luego formar su propia opinión acerca de lo que les dice… ‘Bohemian Rhapsody’ no salió de la nada. Hice algunas investigaciones porque está pensada para ser un modelo de ópera, ¿por qué no?”.
La fina composición que logró Queen con palabras comunes y melodías fuertes, hacen de Bohemian Rhapsody una pieza alucinante que te traslada directamente al posible lugar de los hechos y te posa en el recinto donde quizás fue cometido el grave crimen que confiesa el vocalista.
Puedes viajar. Sin duda, puedes trasladarte a otro lugar mientras te sumerges en la profunda Rapsodia Bohemia de Freddie.
Rabia, depresión, tristeza, culpa y desolación, son los sutiles ingredientes que esconde esta genuina pieza, adornada con unos acordes increíbles y el sonido imbatible de la voz de Mercury.
No se puede descartar de buenas a primeras, que en esta letra estén sumergidos unos que otros detalles de vida y problemas personales Freddie, que quizás pudieran haber marcado su vida para siempre. Tanto, como para dedircarle una Rapsodia Bohemia.
I want to break free (Quiero ser libre)
Clásico. Esta es una de las piezas más sonadas y alabadas de la historia del rock. Difícil es encontrar a alguien que jamás en su vida haya oído este sincero grito al amor y a la vida. Pero sobretodo, esta canción transpira ansias de volar. Le habla nada más y nada menos, que a la libertad. La verdadera libertad.
Freddie puede llegar a erizar tu piel cuando libremente, habla de libertad. I want to break free, te eleva. Te lleva más allá del espacio físico en el que te encuentres al momento de oirla y te transporta a un sitii en donde el ser humano logra expresar sus más puros deseos: libertad y amor.
La pieza trae consigo una sutil paradoja: quiero ser libre, pero te amo y no puedo separarme de ti. Quiero ser libre; pero a tu lado.
La idea de vivir bajo reglas propias. A eso hace homenaje Mercury: Deseo ser libre; pero a tu lado… Porque le temo un poco a la soledad.
En los años 80’s esta canción se convirtió en un himno para el CNA de Sudáfrica, justo cuando Nelson Mandela se encontraba preso.
Existen dos versiones diferentes de la canción. Una de ellas tiene una introducción con el sintetizador y la guitarra por separado y otra que tiene ese intro de menor duración. Ambas versiones fueron parte del single bajo el mismo nombre y se diferencian por las inscripciones: "Special Single Mix- (4:21)" y "Special Single Mix-Edited (3:59)".
Don’t stop me down (No me detengas ahora)
Estrella fugaz, cielo, tierra, satélite, Marte. Una melodía que evoca al espacio sideral. Haciendo uso de palabras rebuscadas, Freddie logró una composición metafórica clásica y elegante; a través de la cual describe las delicias de encontrarse profundamente sumergido en un trance o "éxtasis" que le hace sentir como volando en el cielo. Más allá de las nubes. Volar a la velocidad de la luz, como él mismo lo expresa.
Se siente ligero como pluma, libre como el aire y pleno como la inmensidad, mientras viaja "en el espacio" sideral. Tan rápido como un "cohete espacial", y tan altivo como "ametralladora" a punto de disparar.
Son las metáforas que escogió el vocalista de Queen para componer la que luego se convertiría en la pieza que "hace feliz a la gente".
Un neurocientífico cognitivo, egresado de la universidad de Groningen, en Países Bajos, el doctor Jacob Jolij, hizo estudios avanzados en esta área hiper nerd y creó una fórmula interesante que revela con exactitud, cuáles son las canciones que, por su composición musical, pueden cambiar radicalmente el estado de ánimo de una persona y hacerle sentir bien.
Es una ecuación (no muy simple), sólo apta para buenos nerds; en la que el ritmo, la letra o la clave musical, juegan un papel fundamental y son las variables a despejar para obtener el resultado.
En este sentido, se podría obtener que un tempo de 150 pulsaciones por minuto, hace que la gente se sienta con un "pelín" más energía y con un ánimo "de pura madre".
Mezclando estos ‘ingredientes’ musicales, el doctor Jolij creó su lista especial que contiene las mejores piezas para lograr ese objetivo y detectó que la canción que mejor hace sentir a sus oyentes es… Don’t Stop Me Now.
Somebody to love (Alguien a quien amar)
“Alguien a quien amar”, empieza como un profundo lamento. Un desgarrador grito de dolor por no encontrar a ese ser especial con quien compartir sus alegrías y tristezas.
En esta canción, nuevamente Freddie se siente preso. Clama desesperadamente por libertad, pero tiene la certeza de que "algún día será libre".
A lo largo de sus líneas, el ídolo pide a Dios alguna señal; una pizca de alivio en esta vida cruel y bastarda. Pide al todopoderoso, al magnífico, que de una vez por todas, le conceda el amor.
El amor: Lo único que el ser humano desea en la existencia. La expresión del sentimiento más profundo que existe. Es La petición menos materialista, banal, vacía o cotufa que se pueda desear. Eso es lo que anhela Mercury en esta pieza.
Lo único que pide es eso: Un último chance para conseguir a alguien con quien sobrellevar todas mas bajezas del mundo terrenal. El mundo cruel.
Lo logra de manera sorprendente, utilizando un canto de góspel, un cántico espiritual, que convierte la plegaria en algo precioso para que, cuanto más bella sea la súplica, mejor puede escucharte Dios, y más caso puede hacerte.
Además de ser profundamente espiritual y mágica, la letra esconde una sorpresa: una dualidad entre creer y no creer. Creer en lo que tus ojos pueden ver, o tener fe y mirar más allá de lo que estos no te permiten ver. La meta es creer. Siente y cree.
Hay allí mucha rebeldía en Freddie; cuando cuenta que a pesar de que trabaja hasta el cansancio y reza para encontrar un alivio para su sufrimiento, explicado con una dramatismo desbordante: “trabajo hasta que me duelen los huesos”, “casi no me sostengo en pie de lo cansado que me encuentro” o “rezo con lágrimas en los ojos”, denuncia que el Señor no lo escucha, no lo atiende. Por eso pide a gritos que, sea quien sea, le envíe a la persona a quien amar.
Muchos dicen que la letra de esta canción podría definir la vida sentimental de Mercury, en ese momento; dado que era una de las canciones favoritas de Freddie para interpretar en directo, a corazón abierto.
We are the Champions (Somos los campeones)
Es una apología al optimismo, fuerza y liderazgo. Eso es lo que desborda esta lírica.
La unión y la amistad son dos valores que se mantienen profundamente arraigados desde el inicio, hasta el fin; dado de que se trata de un cántico ideado especialmente para los equipos. Pero no está hecha para cualquiera. Va dirigida a los equipos fuertes y bien constituidos, los que no se rinden, los que luchan, los invencibles.
El propio Mercury afirmó en su momento, que la escribió pensando en un himno de fútbol, y como original y fresca de compartir con el público en vivo.
De hecho, fue utilizada mucho después de su publicación original como himno oficial de la Liga de Campeones.
2016-11-24