Entrenar en un gimnasio puede resultar el sueño de muchos, pero si decides ejercitarte por un tema de salud y bienestar, esta o es la única solución.
Según expertos, entrenar desde casa también es posible y lo mejor de todo es que siempre y cuando se mantenga la disposición y la disciplina, los resultados de una buena rutina de ejercicios se pueden lograr.
La clave es seguir al pie de la letra las rutinas establecidas bien sea por algún entrenador personal, o las que puedas copiar de alguna aplicación que está de moda. Con ello no solo lograrás cumplir los objetivos, sino también puedes evitar lesiones que puedan sacarle de combate.
Así debes entrenar
El entrenador personal Alberto Feijoó comenta que “siempre se debe contar con la asesoría, seguimiento y supervisión de un entrenador personal certificado, es el único capacitado para preescribir rutinas de ejercicios adecuadas y personalizadas, tomando en cuenta las capacidades, objetivos y condiciones especiales de cada persona.
Los pros de contar con un entrenador serían: rutinas de ejercicios adecuadas a tus condiciones, logro más rápido de objetivos puntuales, evitar lesiones y malas posturas, correcta ejecución de planes de entrenamiento y motivación y seguimiento continuo”. Para el entrenador no existen puntos en contra de entrenar en casa con un entrenador o coah capacitado y certificado.
¿Qué hacer?
Las alternativas son infinitas, sin embargo, Feijoó sugiere que “dependiendo de las capacidades, objetivos y de la disponibilidad de materiales y accesorios deportivos, (pesas, barras, equipos, aparatos multifuerza) o implementos caseros que se puedan usar (botellas plásticas, barras, bolso con peso, etc.) Siempre se deben tomar en cuenta dos factores fundamentales:
- Previo a toda actividad física, se deben preparar las articulaciones y músculos para ello, realizando movimientos de bajo impacto que incluyan completo rango de movimiento del músculo o grupo muscular y las articulaciones que se involucraran en la rutina de ejercicios.
- En la medida de lo posible, realizar ejercicios compuestos (que incluyan más de un músculo o grupo muscular, por ejemplo, flexiones de codo, sentadillas, burpees, etc.), y de vez en cuando, incluir ejercicios aislados (enfocados en un músculo en particular, por ejemplo, curo de bíceps, extensiones de tríceps, etc.).
Lo ideal es contar con supervisión profesional, principalmente para evitar lesiones, pero si no cuentas con ello, lo ideal es realizar movimientos que domines a cabalidad, o sea, que conozcas y hayas realizado con anterioridad y que sean sencillos (puedes incluir ejercicios isométricos, esto son los que no involucran articulaciones, y por lo general son estáticos, cómo planchas, o sentadilla isométrica, etc.)”.
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