Desde muy joven, su ambición por triunfar en el modelaje y el fitness era evidente. Con un rostro armonioso, cabellera cuidada y un cuerpo trabajado con disciplina, se convirtió en un ícono de belleza y salud. Antes de los 35 años, había amasado más de un millón y medio de dólares, aparecido en revistas influyentes como Iron Man y Clam, y debutado en cine en 2005 compartiendo pantalla con reconocidos actores. Paralelamente, trabajaba como asistente de cirugía estética, lo que le permitía codearse con la élite de Los Ángeles y mantener un estilo de vida acomodado.
La boda que parecía de película
Su historia de amor con Jeremy Jackson, conocido por Baywatch, parecía perfecta. El 12 de diciembre de 2012 se casaron en una playa de California, vestidos de blanco y acompañados de su perro. Los flashes capturaban sonrisas radiantes y gestos de afecto.
La violencia que truncó su carrera
En 2014, un episodio de violencia extrema la dejó con fracturas en las costillas, heridas en el cuello y múltiples rasguños en rostro y manos. La agresión no solo puso fin a su matrimonio, también obligó a abandonar su carrera profesional. La policía confirmó la llamada por disturbio doméstico, pero ella no presentó cargos, aunque más tarde se arrepintió de esa decisión.
De estrella a la calle
Tras la separación, desapareció de la vida pública. En 2018, cuatro años después, reapareció irreconocible: ropa sucia y holgada, cabello corto, sin dientes superiores y hurgando en contenedores de basura de Los Ángeles. Las fotos publicadas por Daily Mail mostraron un cambio devastador, de ícono de portadas a superviviente de la calle.
Drogas, aislamiento y delirios
Durante entrevistas posteriores, contó cómo la metanfetamina agravó sus problemas de salud mental, reveló que pasó años sin ducharse para evitar agresiones sexuales y que era sometida a robos constantes, perdió contacto con familiares y amigos porque según no creían sus vivencias. Sus relatos incluían delirios sobre descargas eléctricas por parte de su ex y creencias de que su cuerpo representaba un peligro, reflejando su deterioro físico y psicológico.
La ayuda que rechazó
Un especialista en rehabilitación le ofreció un tratamiento integral gratuito, con estancia inicial en un centro especializado y seguimiento ambulatorio, valorado en 90 mil dólares. Aunque aceptó al principio, y se mostró entusiasmada, al día siguiente decidió huir, asegurando que solo quería drogarse y que nadie la escuchaba.
Después de eso, fue vista por última vez empujando un carrito de compras por Ventura Boulevard.
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