La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado una guía internacional de protocolo destinada a mejorar la detección, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades arbovirales, como dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla.
La expansión de estas patologías en diferentes regiones del mundo se atribuye a factores climáticos, urbanización y movilidad global. La nueva normativa busca fortalecer la respuesta sanitaria ante estos brotes emergentes y prevenir complicaciones graves.
Advierten aumento de enfermedades arbovirales
En su guía, la OMS advirtió que el incremento en la incidencia de enfermedades transmitidas por mosquitos se debe a cambios en el clima, urbanización acelerada, crecimiento demográfico y el aumento de los viajes internacionales.
"Estos factores facilitan la expansión de los vectores a nuevas áreas, elevando el riesgo de brotes en zonas previamente no afectadas", señala la organización en su comunicado oficial. La necesidad de un enfoque estandarizado para su manejo ha sido prioritaria ante la alarmante tendencia global.
Recomendaciones para un diagnóstico inicial
La guía establece criterios clínicos para diferenciar estas infecciones cuando las pruebas laboratoriales no están disponibles o son limitadas. En casos de dengue, se observa que frecuentemente se asocia con trombocitopenia, que es una disminución del número de plaquetas, además de un aumento progresivo del hematocrito y leucopenia, que consiste en una reducción del número de glóbulos blancos.
Para chikungunya, uno de los signos distintivos es la artralgia prominente, es decir, dolor intenso en las articulaciones. El zika suele presentar prurito o picazón en la piel como síntoma principal. La fiebre amarilla inicia con un cuadro viral generalizado que evoluciona hacia ictericia, que es la coloración amarillenta tanto en piel como en ojos.
¿Qué recomienda la OMS para casos de enfermedades graves?
Para los casos leves o no graves, la OMS recomienda mantener una adecuada hidratación mediante líquidos y administrar paracetamol o metamizol para aliviar fiebre y dolor. Es importante evitar el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y no se aconsejan corticosteroides.
En pacientes hospitalizados con formas severas o shock, las intervenciones incluyen soluciones intravenosas con sales minerales para reponer líquidos perdidos y monitoreo del lactato sanguíneo para ajustar el tratamiento. Además, en estos casos se realiza una prueba de elevación pasiva de pierna para evaluar la gravedad del shock.
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