La "Big Beautiful Bill", impulsada por el presidente Donald Trump y ya aprobada por el Congreso, introduce una nueva deducción fiscal de hasta $6,000 para personas mayores de 65 años (o $12,000 para parejas casadas).
Según una publicación de La Opinión, este beneficio está dirigido a aquellos cuyos ingresos no superen los $75,000 individuales o $150,000 conjuntos.
Se estima que esta medida podría llevar a cero el impuesto federal sobre los beneficios del Seguro Social para cerca del 88% de los jubilados, lo que suma a unos 14 millones de beneficiarios adicionales a los ya exentos.
¿A quiénes beneficia realmente esta nueva deducción fiscal?
Aunque la ley se presenta como un alivio general, expertos como Marc Goldwein del Comité para un Presupuesto Federal Responsable (CRFB) señalan que los adultos mayores de bajos ingresos ya suelen estar exentos de impuestos.
Por lo tanto, la ayuda real se concentra en jubilados del Seguro Social de ingresos medios a altos que, aunque no superan los límites establecidos, sí pagan impuestos. Para aquellos con ingresos superiores a $175,000 (individual) o $250,000 (conjunta), la deducción desaparece por completo.
¿Cuál es el impacto fiscal de esta medida y su efecto en el Seguro Social?
Esta deducción fiscal tendrá un impacto significativo, con un costo estimado de $91,000 millones en cuatro años, según el CRFB.
Además, existe una preocupación importante: la "Big Beautiful Bill" podría acelerar el agotamiento del fondo fiduciario del Seguro Social.
Actualmente, se proyecta que el fondo podría quedarse sin fondos para el año 2032, un año antes de lo estimado previamente.
Esto se debe a que una parte de los impuestos pagados por los beneficiarios se reinvierte en el programa, y al reducirse esa recaudación, la situación financiera del Seguro Social se vuelve más frágil.
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