Maya Berry tenía apenas cinco años cuando su vida cambió para siempre. Durante un asalto en carretera, sus padres fueron asesinados a sangre fría, en un hecho que estremeció a Venezuela y al mundo entero. Ella, aunque resultó herida en una pierna, logró sobrevivir. Ese suceso consternada al mundo no solo por lo ocurrido sino porque una menor había quedado huérfana por lo que muchos se preguntaban: ¿qué pasaría con la pequeña después de la tragedia?
Quiénes fueron sus padres
Su madre, una reconocida actriz y exreina de belleza, y su padre, un empresario con raíces británicas, formaban una de las parejas más comentadas del medio. Juntos construyeron una familia que parecía vivir entre flashes, giras y proyectos, hasta que el destino se tornó violento.
El primer refugio: sus abuelos
Tras el crimen, Maya queda bajo la custodia inmediata de sus abuelos maternos, quienes deciden llevarla a Estados Unidos para protegerla del acoso mediático y darle un ambiente seguro y durante los próximos 8 años ellos se convierten en su sostén emocional y en la primera figura de autoridad estable después de la tragedia, mientras el mundo entero seguía de cerca sus pasos.
Un giro en su crianza: la adopción por parte de sus tíos
Con el tiempo, el 31 de agosto de 2022, el cuidado de Maya pasa a manos de su tío Ricardo Spear y su esposa Daniela, quienes logran la adopción legal y se mudan a México, donde la joven continúa su crecimiento en un entorno más privado y rodeada de oportunidades artísticas. Hoy, ellos son quienes ejercen la paternidad oficial, dándole estabilidad, educación y una vida alejada de la sobreexposición.
La justicia por sus padres
El crimen que marcó su vida no quedó impune. Varios de los implicados en el ataque fueron capturados y condenados a largas penas de prisión, aunque el recuerdo de aquella violencia sigue pesando en la memoria colectiva. Para la familia, las sentencias no borran el dolor, pero sí representan un cierre necesario a una herida abierta.
El presente de Maya: arte, resiliencia y nuevas metas
Hoy, Maya Berry es una adolescente que apuesta por el arte, la música y la pintura como formas de expresión. Aunque evita una exposición excesiva en medios, ha aparecido en contadas ocasiones para rendir homenaje a la memoria de sus padres y mostrar que, pese a la tragedia, ha encontrado un camino propio. Su vida, marcada por la pérdida, se ha transformado en un ejemplo de resiliencia y de cómo el amor familiar puede ser más fuerte que cualquier tragedia.
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