La insistencia del bloque de centro-derecha de Italia de que uno de sus candidatos sea elegido presidente del país fracasó el viernes, y el quinto día de votaciones terminó sin un ganador, mientras las tensiones y la frustración se acumulaban entre los partidos rivales que conforman el gobierno de unidad del primer ministro Mario Draghi.
En cada una de las dos rondas de votación del viernes, un bloque político u otro se abstuvieron de emitir sus sufragios. Esto dejó patentes las fuertes diferencias entre las partes para concertar quién será el próximo jefe de Estado de Italia.
Al comienzo del quinto día de votación, Matteo Salvini, dirigente de la fuerza derechista Liga, declaró que el bloque de centro-derecha votaría por la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati. El trampolín político de Alberti ha sido el partido conservador Forza Italia, del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Quien retiró su candidatura antes de que la votación comenzara esta semana.
Pero la candidatura de Alberti apenas captó 382 votos de los electores del Senado, la Cámara de Diputados y los electores regionales. Muy por debajo de la mayoría simple de 505 necesaria para alzarse con la victoria.
Una sexta jornada de votación, efectuada el viernes en la noche, también terminó sin ganador. Los dirigentes del bloque de centro-derecha indicaron que sus electores no participaron en la votación mientras las negociaciones continuaban tras bambalinas.
El presidente saliente Sergio Mattarella, de 80 años, indicó reiteradamente que no desea un segundo período. A pesar de las peticiones de algunos dirigentes partidistas en las últimas semanas.
Las votaciones continuarán el sábado por la mañana.
AP
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