Matt Teagarden, de la Asociación de Ganaderos de Kansas, Estados Unidos, expresó en una conferencia virtual lo esencial que resulta la mano de obra inmigrante para su sector y la agricultura en general.
"Los criminales violentos deben ser deportados, pero también se necesitan caminos para legalizar a los inmigrantes que cumplen con la ley y pagan impuestos", dijo.
El país se enfrenta a una encrucijada: "podemos importar trabajadores y continuar produciendo nuestros alimentos en Estados Unidos, o importar alimentos, lo que es un tema de seguridad nacional", dijo.
Las deportaciones ordenadas por el presidente Donald Trump, provocan temor en las comunidades inmigrantes, pero también "ansiedad e incertidumbre" entre los empresarios que necesitan de esa mano de obra y que denunciaron este lunes que ya observan una baja en la producción, reseñó EFE.
Según Rebeca Shi, directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition de Illinois, en las deportaciones han caído "trabajadores esenciales".
Los miembros de la coalición han reportado una desaceleración del 50% en sus operaciones, porque los inmigrantes "paralizados por el miedo", no se presentan a trabajar y permanecen en sus casas.
Seis ciudades de Estados Unidos reportan redadas del ICE
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) informó de que los procedimientos se han realizado en las ciudades de Atlanta, Austin, Chicago, Denver, Los Ángeles, y en Puerto Rico.
Otro aspecto a considerar es quién sustituirá a los inmigrantes en sectores donde los estadounidenses no se interesan en trabajar.
Tony DiMare, cuya familia trabaja desde hace 97 años en la producción de tomates frescos en California y Florida, dijo que esa industria depende de los inmigrantes para la cosecha manual.
La mayoría proviene del programa federal de trabajadores temporales, porque "los nativos no quieren hacer esa tarea", y cada vez resulta más difícil conseguir extranjeros con los papeles en regla.
El cuidado de ancianos está en riesgo
Los inmigrantes también son esenciales en el cuidado de ancianos y enfermos, un trabajo donde son el 80 % de la mano de obra, por ausencia de postulantes estadounidenses.
Adam Lampert, director ejecutivo de una empresa que cuida enfermos en sus hogares en Texas, dijo que las deportaciones van a provocar inflación en el mercado porque será necesario aumentar los salarios para atraer postulantes que no sean extranjeros.
Advirtió de que esa industria "crece rápidamente" y por año se va a necesitar un millón de enfermeros, "que no tenemos domésticamente. Tenemos que buscarlos más allá de las fronteras", dijo.
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