Aunque perdió en las semifinales del torneo de tenis de Miami, el veterano alemán Tommy Haas puede sentirse un campeón: en una semana venció al número uno del mundo, recuperó antiguas sensaciones y fue el centro de atención.
"Voy a echar la vista atrás en los próximos días y diré que ésta fue una de las semanas más bonitas de mi carrera", señaló Haas a la agencia dpa tras caer el viernes en la semifinales ante el español David Ferrer por 6-4, 2-6, 3-6.
El alemán, que llegó a ser número dos del mundo en 2002, cumplirá el miércoles 35 años entre el silencio del descanso y el ruido de las olas en Bahamas, donde pasará unos días con su familia para recuperar fuerzas, celebrar su cumpleaños y sobre todo disfrutar de su actuación en Florida, el paraíso de los jubilados en Estados Unidos.
A pesar de la derrota ante Ferrer, Haas se mostró satisfecho por su espléndida semana en Miami delante de amigos y de familiares.
"Estoy orgulloso de ello", señaló Haas, que el lunes escalará hasta el décimo cuarto puesto del ranking mundial. Para el ganador de 13 títulos del circuito ATP, las semifinales de Miami fueron algo más que unas semifinales.
Incluso, tuvo en su mano abrir la puerta a la final, pero Haas perdió la oportunidad de pelear de nuevo por un gran título.
"Iba 3-1 arriba en el tercer set, estaba en una posición ganadora, pero lamentablemente no me entraron primeros servicios", dijo Haas, que batió al número uno del mundo, Novak Djokovic, en dos sets en los octavos de final en un partido casi perfecto.
En la siguiente ronda eliminó al francés Gilles Simon de forma también incontestable (6-3 y 6-1), pero Ferrer no le permitió jugar cómodo desde la línea de fondo. El español devolvió todo.
"En este tipo de situaciones es un luchador tan experimentado que no equivale al número cinco del mundo", señaló Haas. Ferrer superará el lunes a su compatriota Rafael Nadal en el ranking mundial de tenis.
En la rueda de prensa posterior a la semifinal llegó una pregunta a la que Haas está muy acostumbrado. "¿Será este su último año en el circuito?" El alemán se las ingenió para no dar una respuesta clara, pero dio a entender que no mira hacia el futuro: prefiere vivir el presente.
Y el presente ahora es tan alegre como pocas veces antes. Haas fue el preferido del público en Miami. Estados Unidos es un país que ama ese tipo de historias personales: un jugador lastrado por lesiones que nunca se da por vencido y que en la recta final de su carrera sigue siendo un terror para las principales raquetas.
A diferencia de los últimos años, los titulares de esta edición no fueron para Djokovic, Roger Federer o Nadal. Los "headlines" fueron para un padre familia que apenas tarda unos segundos después de cada victoria en llegar a su "box" para abrazar a su mujer y tener a su hija en brazos.
En Miami, Haas se dio cuenta de que no se trata de la edad que uno tenga o de quién esté al otro lado de la red. "Cuando luchas y crees en tí mismo, todo es posible". Incluso con casi 35 años/AFP