Brasil, uno de los países con más agua dulce del mundo, vive la peor crisis hídrica de sus últimos 91 años. El presidente Jair Bolsonaro, con su popularidad ya mermada por la gestión de la pandemia, reconoció el jueves que se trata de "la mayor crisis de la historia". Los ciudadanos temen que se disparen todavía más sus facturas de la luz.
En una de sus habituales retransmisiones semanales en Facebook, el ultraderechista hizo un llamamiento a la población para economizar energía y apagar las luces en las viviendas. El problema "es serio", dijo, y algunas hidroeléctricas podrían incluso dejar de funcionar.
"Ayude así a economizar energía y agua en las centrales hidroeléctricas (…) Estamos al límite del límite. Algunas dejarán de funcionar si esta crisis continúa", advirtió.
Las declaraciones del presidente han sido interpretadas como un intento de acallar las críticas generadas tras el comentario de su ministro de Economía, Paulo Guedes, quien dijo que "cuál es el problema de que la energía fuese un poco más cara porque llueve menos".
Esta crisis energética tiene potencial, según los especialistas, de desgastar todavía más la popularidad de Bolsonaro de caras a las elecciones de 2022, en las que los sondeos ya dan como favorito al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Con información RT
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