Es uno de los edificios más célebres e imponentes de Alemania y una obra maestra de la arquitectura moderna: la Filarmónica de Berlín cumple mañana medio siglo de vida convertida en uno de los grandes templos de la música clásica mundial.
El diseño del arquitecto Hans Scharoun (1892-1972) sedujo ya desde los planos al mítico Herbert von Karajan. El entonces director de la Orquesta Filarmónica de Berlín consideró que la nueva sala honraría al completo "el sonido vibrante y la respiración previa y posterior a cada frase musical" que caracterizaban a su orquesta.
El 15 de octubre de 1963, la nueva "Philharmonie" abría sus puertas con un concierto dirigido por Karajan. Este domingo celebrará su medio siglo de vida con otro concierto aniversario a cargo de Sir Simon Rattle, nuevo director general de la orquesta.
Famoso por su rompedor diseño exterior, que lo asemeja a una gran carpa de circo, el edificio de la Filarmónica rompió también en su interior con una antigua tradición: el escenario no está de frente al público, sino rodeado de espectadores por completo. Ninguno de los 2.400 que caben en la sala está a más de 33 metros del director.
"Cuando uno se pone de pie en el centro tiene la sensación de poder tocar a los músicos y a parte del público", describió Rattle.
Era la idea de Scharoun. En su proyecto, el arquitecto explicó que la reacción normal de la gente cuando alguien toca música es rodear al intérprete en círculo para escucharlo mejor. Su idea fue copiada luego en todo el mundo.
La particular distribución de la Philharmonie tenía otra razón. Como "construcción democrática" en círculo se oponía radicalmente al delirio monumentalista de "Germania", la ciudad ideada por el dictador nazi Adolf Hitler y su arquitecto, Albert Speer.
El antiguo edificio de la Philharmonie ubicado cerca de la Potsdamer Platz quedó destruido en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando acabó el conflicto, la orquesta se asentó primero en un cine y luego en la Universidad de la Música de Berlín.
También su construcción reflejó las oscilaciones de la historia alemana en el siglo XX. Durante las obras, la Alemania comunista (RDA) levantó en 1961 el Muro de Berlín, que pasaba a metros del edificio. La Philharmonie quedó al límite en el lado occidental. En las imágenes aéreas parece una nave espacial abandonada en tierra de nadie.
"Se trata posiblemente de lo mejor que tiene para ofrecer la arquitectura de Berlín en el siglo XX", escribió el arquitecto Matthias Sauerbruch en un artículo para una exposición por el aniversario.
Como toda obra revolucionaria, sin embargo, la Philharmonie también tuvo sus detractores.
El laberinto de escaleras del "foyer" -en el que suelen verse espectadores desorientados tratando de encontrar su sitio en los descansos de cada función- irritó por ejemplo al arquitecto Max Dudler, que criticó la "falta de espacios formulados con claridad".
También algunos músicos se distanciaron del llamado "Zirkus Karajani", como apodan los berlineses al edificio. El director de orquesta Hans Knappertsbusch llegó a cancelar un concierto: "Lo que me faltaba era que cientos de espectadores me miraran a la cara cuando dirijo", dijo sobre el público que se sienta detrás de la orquesta. Su colega George Szell la calificó incluso de "engendro".
Pero nada impidió que la Philharmonie llegara a cumplir sus 50 años como una de las principales salas de música clásica del mundo y ahora también del cyberespacio: su oferta incluye un abono para seguir en directo a través de Internet su rico programa de conciertos./dpa