El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, denunció hoy que al menos 28 migrantes murieron de calor y sed en áreas desérticas en la frontera entre Libia y Túnez, donde habían sido abandonados por instancias oficiales de este último país.
Según datos que ofreció en la inauguración de la 54º sesión del Consejo de Derechos Humanos (CDH), unos 2.000 migrantes y solicitantes de asilo -entre los que habían mujeres y niños- fueron dejados por Túnez en esa frontera hasta el pasado 31 de agosto.
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Las informaciones recibidas indican que tenían "escaso o ningún" acceso a alimentos, agua o a alguna forma de cobijo.
"En Túnez muchos más migrantes enfrentan el riesgo de expulsión", alertó el alto comisionado de la ONU ante las delegaciones del medio centenar de países miembros del CDH.
Además, indicó que cuerpos de seguridad efectuaron en los últimos meses arrestos masivos de inmigrantes en el este y oeste de Libia, a los que posteriormente se ha expulsado.
Agencias/EFE
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