A un mes de la llegada de la comisión técnica de la Unión Europea (UE) a Venezuela, crece la expectativa sobre la evaluación que adelantan y que determinará su eventual observación en las elecciones regionales y locales el 21 de noviembre.
Se aclarará el panorama político y verificaran que existan las condiciones democráticas para la comunidad internacional.
Hasta ahora, los expertos europeos han sido discretos y no han emitido declaraciones públicas.
Donde les permitan aclarar el panorama sobre cómo avanza el informe que deberán entregar al alto representante de la UE para política exterior, Josep Borrell.
El equipo llegó el pasado 8 de julio en medio de un fuerte operativo policial contra bandas criminales al suroeste de Caracas.
De hecho, lo único que ha trascendido a los medios, desde el lado europeo, han sido unas declaraciones de Borrell a El País.
Donde aseguró que le ha "preocupado mucho" que durante la estadía de los expertos en Caracas "se produjeran detenciones de responsables políticos de la oposición, a los que el Gobierno acusa de cargos muy graves".
El canciller del bloque europeo resaltó que los especialistas han tomado nota de lo ocurrido y adelantó que los incidentes serán incorporados al informe que tendrá que analizar.
Mientras tanto del lado venezolano el rector principal y vicepresidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Enrique Márquez, dijo en una entrevista a Unión Radio, que se siente "optimista" sobre la eventual observación de la UE.
También resaltó que ayudaría "a configurar la mesa" para los comicios que se definen más de 3.000 cargos públicos.
Como lo son gobernadores, alcaldes, diputados a consejos legislativos estadales y concejales municipales.
¿Con quiénes han conversado?
La visita de esta misión exploratoria, conformada por tres funcionarios y cuatro expertos electorales, responde a la invitación que hizo en mayo el Poder Electoral venezolano a la UE y a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que sean veedores de los comicios.
Su viaje a Caracas se concretó luego que Borrell sostuviera una reunión con el canciller venezolano, Jorge Arreaza, en Antalya, Turquía, a mediados de junio.
hablaron sobre las relaciones bilaterales, la situación política, el proceso de diálogo y el acceso a las vacunas contra el COVID-19, insumos que bloqueados y las sanciones contra Venezuela.
Cuando Borrell anunció que el grupo viajaría a Caracas, dijo que tendrían la misión de verificar, "sin restricciones ni limitaciones".
El mismo día de su llegada, los técnicos de la UE se reunieron con Arreaza y, luego, con los directivos del Poder Electoral, entre ellos:
El presidente, Pedro Calzadilla; el vicepresidente, Enrique Márquez; y los rectores Roberto Picón, Alexis Corredor y Tania D’Amelio, para exponer todo lo relacionado al proceso de votación.
Al día siguiente, conversaron con un grupo de opositores del ala más radical, una parte de ella vinculada al exdiputado Juan Guaidó, representada por Freddy Guevara y Delsa Solórzano; y otra aliada al dos veces excandidato presidencial Henrique Capriles, que encabezó Carlos Ocariz.
Ese mismo día, dialogaron con representantes del Poder Legislativo y fueron recibidos por el presidente del parlamento venezolano, Jorge Rodríguez, quien calificó la reunión como "cordial y fructífera" y que en ella se hizo un "recuento de las amplias garantías electorales".
Las reuniones de la UE continuaron el 14 de julio. Ese día sostuvieron conversaciones con el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López y con el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno.
Padrino López destacó el encuentro como "ameno" y expresó a los especialistas la "vocación democrática y el papel fundamental" que jugará la Fuerza Armada venezolana "como garante de la paz".
Relaciones bilaterales
Los exploradores también cargan con el futuro de las relaciones bilaterales.
Su informe será determinante para rebajar o aumentar las tensiones entre Caracas y Bruselas, después de un período de fricciones marcado por las sanciones, medidas que Europa en acuerdo con EE.UU. y Canadá ha dicho que estaría dispuesta a revisar.
Las relaciones bilaterales habían quedado rotas desde febrero pasado, cuando la UE sancionó a funcionarios venezolanos por considerar que habían participado en "actos y decisiones" que socavaban la democracia, durante las parlamentarias de 2020.
Entonces, Caracas expulsó a la representante de la UE, Isabel Brilhante, y la declaró persona ‘non grata’. Los europeos hicieron lo mismo con la representante diplomática venezolana, Claudia Salerno.
El pasado turbio se remonta al 2017, cuando los veintisiete impusieron sanciones aún vigentes contra el país.
Además, tras las elecciones presidenciales de 2018, la UE puso en duda la legitimidad de las instituciones venezolanas.
Luego, en 2019, cuando se autoproclamó Guaidó como "presidente interino", el bloque europeo decidió reconocerlo y Caracas reaccionó tachando al grupo de países de "injerencistas" e "insolentes".
Sin embargo, a principios de este año, la UE dejó de llamar "presidente interino" a Guaidó y lo degradó al rol de "actor importante" y "privilegiado interlocutor" del "diálogo y transición" para Venezuela.
Este cambio de tono se produjo tras la asunción del nuevo parlamento venezolano y la llegada al poder en EE.UU. de Joe Biden. En Caracas, el nuevo Poder Legislativo incentivó un amplio debate, con los distintos sectores políticos, que decantó en la renovación del Poder Electoral.
Bajo este escenario, la UE suavizó su postura con Caracas y apostó a tener "ojos en el terreno", como ha dicho Borrell, quien ahora se lamenta de no haber enviado observadores a las elecciones parlamentarias de 2020.
Con información de RT
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