Andrea Villa | [email protected]
La comida en la calle se ha vuelto cuesta arriba tanto para los vendedores como para los consumidores. Los precios aumentan por lo menos semanalmente y para todos es difícil mantener el ritmo.
Los carritos de hamburguesas, perros calientes y pepitos, son la opción más “accesible” de comida rápida, el precio varía un poco dependiendo de la zona, pero se siguen manteniendo como una opción para los venezolanos. Los perros están alrededor de los 100 mil bolívares y las hamburguesas sencillas entre 150 mil y 300 mil bolívares, al igual que los pepitos.
Los vendedores cuentan que se mantienen realizando ventas, aunque han bajado en gran proporción. Los aumentos son incontrolables, pues a medida que les suben la mercancía ellos deben subir el precio.
Alfonso Restifo, del puesto “Rulo” en Las Mercedes, asegura que “a los clientes les ha pegado, nos dicen Rulo Today porque como sube el dólar suben los perros. Nosotros tenemos clientela regular y aun así nuestras ventas han bajado como un 20%”.
Johan Nieto, del puesto “Mi Parrilla III” en El Paraíso, dice: “Muchas personas se han quejado porque vienen un día y ven el precio y al día siguiente es otro, pero es inevitable. La situación está fuerte y las ventas han bajado mucho”.
Además, muchas veces los comerciantes tienen que recurrir a comprar sin factura, porque no consiguen los productos por medios regulares. “Traer las mercancías es un problema, antes teníamos proveedores y ellos nos traían los productos, ahora muchas cosas debemos buscarlas nosotros mismos y nos toca comprar bachaqueado”, manifiesta Restifo.
Los vendedores exponen que también han notado la baja calidad en los productos que adquieren, y aunque intentan mantenerla lo mejor posible, muchas veces les toca comprar productos de marcas desconocidas pues es lo que se consigue y no pueden dejar de trabajar.
En las grandes cadenas, como Wendys, McDonald y Burger King, entre otros, han estado subiendo los precios quincenalmente. Ellos no tienen problemas en cuanto a conseguir sus insumos, ya que se los proporciona, pero al igual que en todos los negocios, la mercancía sube y por ende su comida sube. Por los momentos, los precios en estos establecimientos rondan entre los 400 mil y 500 mil bolívares.
En restaurantes de hamburguesas gourmet, como Burger Shack, Araxi, Ávila Burger, T.G.I. Fridays y Tony Romas, entre otros, un combo sobrepasa el millón de bolívares y al igual que en los demás negocios los precios se encuentran en constante aumento debido a que los proveedores les suben los productos.
En todos los lugares de comida las ventas han disminuido, locales en los que antes se hacían hasta filas para entrar ahora tienen más mesas vacías que ocupadas.
Los consumidores han bajado mucho sus compras por los aumentos y las reacciones en su mayoría no han sido negativas hacia los locales sino hacia la inflación. “El aumento de precio no es culpa de las empresas, es culpa de la crisis y la economía que hay en el país. Cada negocio busca mantenerse, y al subirles los insumos ellos suben el precio para seguir haciendo sus hamburguesas. Mientras la economía no mejore todo seguirá aumentando”, expone Anna López.
Además de esto, la disminución de calidad en los productos es otro motivo de queja para los consumidores. Alejandro Zamora manifiesta: “Con todo y las subidas de precio, la calidad disminuye mucho, rellenan menos las hamburguesas, la carne no tiene el mismo sabor, son más pequeñas las porciones y los vegetales no están en el mejor estado. Lo que ofrecen no está a la altura de lo que estas pagando.”
La alternativa por la que la mayoría ha optado es la comida casera. “He preferido comprar otras alternativas de alimentos, más económicos y más sanos para consumirlos en la comodidad de mi hogar”, comenta Jennifer Sayago.
2018-02-24