Quiero comenzar esta reflexión de hoy con una frase muy clara: la historia no se puede cambiar.
Los hechos son los hechos y no pueden ser modificados por interpretaciones diversas.
Pedir el arrepentimiento ante hechos de la historia puede ser en algunos casos un acto reivindicativo, pero como se ha señalado antes, eso no cambia los hechos, no altera la realidad ni los resultados de esa realidad en términos evolutivos de la Hispanidad que tienen el peso de los hechos.
Ver la historia de forma adecuada
Los actos o eventos históricos no pueden verse en retrospectiva desde el futuro.
Deben verse con los ojos de los hombres de aquellos tiempos, pues corremos el riesgo de confundirnos y no tener razonamientos claros o concluyentes.
En la simbología de la fecha de hoy que Yo hablaría más bien del encuentro de dos mundos, de dos culturas y de un descubrimiento mutuo de lo que había más allá del mar.
No podemos ignorar que hubo actitudes de violencia, que se importó la esclavitud, y que se vivieron muchas situaciones y verdades poco placenteras.
Tratar de ver la historia de forma objetiva
Hay que saber que, tristemente, la historia de la humanidad no puede separarse de la violencia.
Ayer y hoy las actitudes delincuenciales son de responsabilidades personales.
Por eso no podemos ni debemos culpar o señalar a todo un pueblo o a toda una etnia por las decisiones de ciertos individuos en momentos específicos de la historia.
Lo que sí podemos hacer es reivindicarlos.
El compromiso estaría justo ahí: en respetar sus tradiciones, su cultura y lograr una convivencia pacífica y enriquecedora en esa mezcla del indio, el negro,el blanco, el amarillo y quizás hasta el moro.
En ese mutuo descubrimiento, lo importante a la luz de hoy es la voluntad de la reivindicación y no buscar cambiar forzosamente la historia, pues la historia como el pasado no puede ser cambiada por el hombre.
Evitar las generalizaciones
En estos temas si ampliamos la mirada veremos que no todo es malo.
Yo le diría al presidente Aznar, sí, los nombres y los apellidos en estas tierras por la influencia de la Hispanidad son castizos, pero también esta la mezcla que se lleva en el ADN que es parte integral de un todo.
¿Habría que agradecer por la evangelización?
Sí claro, pero también habría que evaluar la Santa Inquisición que de “Santa” no tenía un pelo.
Hoy 500 y pico de años después no podemos negar la mezcla y la inter culturización de nuestros pueblos, y la riqueza que eso trae consigo.
Eso es algo más allá de lo material, algo que enaltece a los pueblos.
Quizás lo que pretendía el presidente mexicano era que el Reino de España diera luces de alguna reivindicación con la América española y quizás España podría enviar un gesto de humildad al entender el porque se pide la reivindicación de los
pueblos originarios en la América española, que van del Rio Grande hasta la Patagonia.
Para reivindicar la historia primero hay que conocerla. Para reivindicar los pueblos antes debemos entenderlos.
Pero nunca, nos guste o no, podremos cambiar la historia porque somos su consecuencia, su producto, su resultado.
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