Los precios de la gasolina en Estados Unidos descendieron esta semana a niveles no vistos desde 2021, marcando un alivio para millones de conductores que enfrentan meses de inflación persistente y un mercado laboral debilitado.
Según datos de AAA, el precio promedio nacional bajó el martes a $2.998 por galón, una caída sostenida respecto al mes pasado, cuando rondaba los $3.036.
Más estados reportan precios por debajo de $2.75
Los datos muestran una tendencia amplia: 18 estados, entre ellos Nuevo México, Colorado, Carolina del Sur, Wisconsin e Iowa, reportaron precios promedio de menos de $2.75 por galón.
La baja coincide con el retroceso del petróleo, impulsado por una mayor producción de la OPEP, lo que mantiene la oferta por encima de la demanda y ha reducido el barril de crudo a $59.
Analistas de Wall Street ven un panorama aún más amplio: JPMorgan Chase proyecta que el petróleo Brent podría caer al rango de los $50 en 2025 y acercarse a los $40 hacia finales de 2026. Para 2027, prevén precios incluso más bajos debido a un excedente global.
El cambio es drástico si se compara con diciembre de 2022, cuando el crudo estadounidense bordeaba los $81, o con junio de ese año, cuando la gasolina alcanzó su récord histórico de $5.016 por galón tras la invasión rusa a Ucrania.
Impacto político y económico en un clima de bajo consumo
La caída coincide con una disminución severa en la confianza del consumidor: el índice del Conference Board bajó a 88.7 en noviembre, su punto más bajo desde abril.
En las elecciones recientes, muchos votantes atribuyeron su decisión a la crisis del costo de vida, favoreciendo a candidatos demócratas que prometieron alivio económico.
El presidente Trump, por su parte, ha promovido en semanas recientes una agenda de “asequibilidad”, destacando su promesa de impulsar políticas para “lograr precios más bajos” en combustibles y energía.
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