Omar Luis Colmenares / [email protected]
Benjamín Rausseo es un hombre responsable, centrado, que asumió con seriedad el humor de “Er Conde del Guácharo” y se convirtió en un empresario próspero. A sus 54 años, revela que está establecido en los sectores turismo-entretenimiento, alimentación y construcción, aunque no dice cuántas empresas posee.
Está claro en que el motor es “Er Conde”. Es el que tiene todo aceitado. El que incluso subsidia, si es necesario. Pero Benjamín fue el que tuvo la iniciativa de invertir lo que “Er Conde” producía. Así, casi al mismo tiempo, nacieron el humorista y el empresario.
“Yo siempre vi con preocupación a artistas y boxeadores que llegaban a la cúspide de la fama y luego, en la vejez, no tenían una vida acorde con la comodidad que tuvieron en sus momentos cumbre. Me entró un poco de miedo y decidí que tenía que ahorrar lo que fuera ganando. Pero no se trataba de guardar plata, sino de invertir, de concebir el ahorro como inversión. Compraba terrenos, carros, y los revendía. Hice buenos y malos negocios. Esto se me reforzó con el consejo de mi amigo Guillermo González, ‘el rolo ‘e vivo’, quien me dijo: ‘Poeta, cuando está lloviendo, uno tiene que llenar la paila de agua, porque en algún momento escampa’. Yo convertí el humor en inversión”.
Lea más de esta entrevista en la edición especial Aniversario 2001
2015-07-17