Redacción 2001
Los habitantes de la Gran Caracas, por segundo día consecutivo, pasaron el trabajo hereje para movilizarse desde los diferentes puntos de la capital, y cumplir con sus actividades programadas, luego del apagón del 25-M que dejó a toda la capital en oscurana, al igual que el resto del país.
El servició del transporte subterráneo del Metro de Caracas se mantuvo paralizado y ninguna de las líneas prestó servicio comercial. Ayer fue normal ver de nuevo a la gente caminando por calles y avenidas para trasladarse y hacer sus diligencias, pese a que el Gobierno decretó día no laborable.
En las principales vías del centro de la ciudad, las calles estaban semivacías. Por ejemplo, en la avenida Urdaneta, las personas que esperaban transporte estaban ubicadas en puntos específicos como a nivel de la sede principal de la Cancillería, en la parte de arriba del Puente Llaguno, luego había concentración de usuarios a nivel de la tienda Dorsay; debajo del puente de las Fuerzas Armadas, y en la parada ubicada en la plaza de la Candelaria, era el punto donde había mayor número de personas a la espera de que apareciera una buseta que los llevara a su destino.
En la avenida Sucre de Catia, había mayor actividad de comercios abiertos y más gente caminando por la vía, tratando de tomar un carrito por puesto. La mayoría de las unidades que pasaron por ese sector no iban completamente llenas,
En otras avenidas como la Andrés Bello y Libertador, no se vieron muchos transeúntes, pero si gente esperando por un camionetica para trasladarse. La ruta por lo general es transitada por varias líneas de transporte que cubren entre Catia y Chacaíto, pero ayer, los habitantes de esta zona se la vieron negras al no contar con un servicio regular, puesto que eran contadas las unidades que aparecieron para cumplir con el servicio.
Lo cierto fue que en las diferentes zonas de la capital, los conductores estaban cobrando una tarifa de 300 bolívares, mientras que el pago más bajo por un pasaje fue de 250 por pasajero.
A lo largo de la avenida Baralt, desde arriba en Puente Guanábano, los transportistas estaban especulando con el valor del pasaje. En la parada que está cerca de la entrada del Metro de Caracas, muchos exigían billetes de 50 y 100 bolívares, no aceptaban que le pagaran con billetes de 10 y 20, y la gente pese a que protestaron, algunos se montaron en las unidades, pero otros tuvieron que quedarse varados, al no contar con billetes de alta denominación.
El clamor de la gente fue el mismo: quejarse por los precios del boleto que debían pagar, y por la crisis en general del país, que ya se torna inaguantable. Sin luz, sin agua y además calarse los desmanes de los transportistas en esta situación.
Muchos usuarios mostraron su desacuerdo en pagar esas tarifas, debido a la restricción del efectivo en las entidades bancarias, y en el caso de que una persona tenía la necesidad de utilizar dos veces una unidad tendrá que disponer de 600 bolívares.
En la avenida Francisco de Miranda, la situación no varió mucho con respecto a otros sectores.
La gente tratando de conseguir montarse en un carrito por puesto. Pocas uni- dades en servicio fue lo que se observó ayer en el segundo día del apagón, y prestando un servicio por lo regular intermitente, puesto que no circulaban por las avenidas constantemente.
A nivel de las paradas ubicada cerca de la estación del Metro en Chacaito y Beco, la afluencia de usuarios era regular, y había suficientes unidades que permanecían por largo tiempo en las paradas, esperando que se llenaran, pero finalmente salían rum-bo a cumplir su ruta establecida, con la mitad de pa- sajeros.
En líneas generales las po-cas líneas de transporte que trabajan en Caracas, tuvieron día con bastante actividad en todos las zonas de la capital.
A nivel de la gente que vive en Petare y que debían trasladarse ayer para la zona del centro tuvieron que sufrir un poco esperando que llegara un carrito o tomar la decisión de caminar hasta puntos intermedios como Los Ruices, donde era más fácil montarse en un carrito Por su parte, el servicio del ferrocarril de los Valles del Tuy, también estuvo paralizado por segundo día, y es que al no contar con una planta eléctrica, tuvieron que suspender el servicio, y los usuarios quedaron a merced de los transportistas que estaban cobrando por encima de las tarifas para trasladar a la gente a su sitios de destino.
La situación en el ferrocarril es repetitiva, cada vez que hay un apagón, la gente queda atrapada en los andenes hasta el día siguiente, pero en esta ocasión fueron desalojados de las instalaciones, y tuvieron que buscar opciones para trasladarse a los Valles del Tuy.
Hasta ayer en horas de la tarde la gerencia de la empresa Ferrocarriles del Estado no había emitido ningún reporte sobre el reinicio del servicio, pese a que el servicio de luz se había restablecido en gran parte de la ruta que cubre.
En cuanto al aeropuerto de Maiquetía hubo salidas de vuelos nacionales sobre todo con destino a Margarita, Barcelona, Barquisimeto y Maracaibo, pero el chequeo se hizo manual y eso ocasionó un largo retraso, igual situación vivieron los pasajeros con vuelos internacionales que tuvieron que tener mucha paciencia para chequear sus documentos.
2019-03-26
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