La dermocosméatra Mercedes Rojas, quien lleva más de 15 años de experiencia en el área, señala que los lunares se clasifican en congénitos (nace con la persona), adquiridos (aparece en la dermis al pasar el tiempo) y los atípicos que son los menos comunes
Rojas manifiesta que existe un riesgo al poseer lunares en la piel, puesto que requieren cierto grado de atención, debido a pueden convertirse en melanomas. Resalta que “afortunadamente” estos son menos frecuentes de aparecer.
El perfil digital de la Sociedad Americana de Cáncer muestra que la exposición a los rayos ultravioletas (UV) es el detonante de muchos casos de melanoma. La luz solar es fuente principal de la radiación UV. De igual manera, las camas de bronceado también pueden activar esta afección. Explica que la malignidad puede surgir cuando el daño causado por los rayos solares afecta el ADN de los genes que controlan el aumento de células en la piel.
Mercedes Rojas señala que, si algunas de estas inusuales manifestaciones epidérmicas están presentes, se debe asistir de manera inmediata con su especialista más cercano. De igual manera, resalta que se debe evitar la automedicación.
Altas temperaturas
La doctora Fabiana Ortega de Schmidt, del Grupo Médico Santa Paula, explica que las altas temperaturas pueden causar enrojecimiento e inflamación en la dermis. Esto puede afectar los lunares. Las formaciones en el cutis pueden cambiar de apariencia debido a la irritación por el calor, rayos UV o por la fricción con la ropa. Sin embargo, esto puede evitarse con el debido cuidado y tratamiento.
Ortega explica que un individuo debería asistir anualmente a un dermatólogo, “a menos que haya sido tratado por un cáncer” o tenga alguna patología relacionada con la epidermis. En ese caso, el profesional establecerá la frecuencia de las citas.
La doctora da a conocer que la mejor manera para cuidar la piel y, con ello la pigmentación cutánea, consta de la aplicación de protector solar de amplio espectro. La mencionada crema debe contar con un factor de protección solar (FPS) adecuado siempre que la persona esté expuesta durante un tiempo prolongado al sol. El bloqueador debe aplicarse cada dos horas después de sudar o de nadar.
Asimismo, Ortega señala que es recomendable evitar la exposición directa al sol. Es decir, permanecer en la sombra durante las “hora pico” de radiación solar que, generalmente ronda entre las 10:00 de la mañana y 4:00 de la tarde.
También sugiere el uso de ropa manga larga, sombreros de ala ancha y lentes de sol para asegurar una mayor protección
Como añadidura, la especialista recomienda la autorevisión de la piel en busca de irregularidades o cambios en la misma. En el caso de notar algo irregular, se debe asistir a un dermatólogo de confianza.
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