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Cine y videojuegos, una relación complicada

Domingo, 16 de octubre de 2022 a las 08:00 am
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El mundo del cine en general está lleno de importantes adaptaciones, un sinfín de historias que originalmente salieron en otros campos.

Adaptar obras es algo muy común, existen muchos casos de libros que saltan a la gran pantalla, de series animadas que también siguen el mismo camino.

Con los videojuegos, esto también ocurre, solo que la fórmula no es tan exitosa en la mayoría de los casos.

Recientemente salió el tráiler de la nueva película de Super Mario Bros, el personaje más emblemático que tiene Nintendo, compañía japonesa de videojuegos.

Este anuncio dio pie a muchísimos comentarios, positivos y negativos, pero el objetivo se logró, que la gente reaccione y hable de ello.

Es un gran salto, se trata de uno de los personajes más importantes en todos los videojuegos, porque hoy en día a Mario se le conoce tanto, o hasta más, que Mickey Mouse.

Hace años una película de Mario era impensable, como también siempre es poco probable que algún otro personaje de videojuego llegue al séptimo arte.

Pero esta tendencia cambia en tiempos recientes el mundo del cine recibió a Sonic, el erizo azul de Sega, otra compañía muy importante de videojuegos.

El caso de las películas de Sonic, es muestra de que las adaptaciones de los videojuegos pueden salir bien.

Los dos largometrajes del erizo azul cuentan con un reparto interesante, incluido Jim Carrey como "Dr. Eggman", villano de la historia.

La película de Mario luce bien en lo visual, quizá tiene otros detalles polémicos como la voz del personaje que la hará Chris Pratt, pero es un avance tomando en cuenta el pasado.

Y ese es el problema de la relación entre cine y videojuegos: el pasado.

La década de los años 90 y algunos años posteriores, hicieron estragos en la credibilidad de adaptar un videojuego a la gran pantalla.

Distintas franquicias de la industria de este entretenimiento digital pudieron ver a sus personajes llegar a las salas de cine, y los resultados no fueron los esperados.

Incluso películas de las que no había que tener expectativas, sus creadores sorprendieron demostrando que si algo podía salir mal, al final saldría muy mal.

Por ello hay que revisar un poco algunas películas que marcaron pauta en esa relación tan compleja que existe entre cine y videojuego.

Street Fighter con Van Damme al ataque

Imagen cortesía

Jean-Claude Van Damme vivió una época dorada en el mundo del cine cuando se trata de películas basadas en artes marciales y combates.

El actor venía de grandes papeles en destacadas cintas como Kickboxer y Lionheart, sin duda era un referente para este estilo de cintas.

Van Damme era el hombre indicado para protagonizar el live action de esta importante saga de videojuegos de lucha.

Street Fighter es un juego de peleas que se popularizó en las máquinas arcade (también llamadas maquinitas).

El título era muy simple, unir a varios peleadores de todo el mundo, destacados en distintos estilos de combate y que pelearan entre sí.

Bajo esa premisa y para seguir la historia de los juegos, salió el proyecto de "Street Fighter: La última batalla".

El reparto era bastante notable, con Van Damme a la cabeza, eb el papel de Guille, uno de los personajes importantes del videojuego.

También fue el último papel que hizo antes de su fallecimiento el actor puertorriqueño Raúl Julia, famoso por "Los locos Adams".

En 1994 se lanzó la película, que estuvo bajo la producción de Capcom, casa productora original del videojuego.

También estuvo distribuida por importantes empresas del entretenimiento como Universal Pictures y Warner Bros.

La película tuvo un costo de producción de 35 millones de dólares.

El nombre de Street Fighter le vino bien, porque fue un éxito en taquilla, todos querían ver la película de este legendario juego de peleas.

El largometraje recaudó el triple de su costo de producción, por lo que económicamente salió ganando.

Sin embargo, para la opinión de críticos especializados, amantes del videojuego y público en general, la película fue fuertemente criticada.

A muchas personas no les gustó la versión "en carne y hueso" de distintos personajes, además de que la historia no tenía sentido respecto a los juegos, según gente empapada en el mundo de Street Fighter.

El proyecto igualmente salió adelante, recaudó mucho dinero, pero si a corto o mediano plazo había ideas de hacer una secuela, quedaron engavetadas.

En 2009 se hizo una segunda parte, con actores distintos, bajo el nombre "Street Fighter: The Legend of Chun-Li".

Esta también fue destruida por las opiniones de los fanáticos, incluso con más crudeza en esta ocasión.

Y a diferencia de su antecesora de los 90, fue un fracaso rotundo en taquilla, dejó de lado cualquier idea de llevar a Street Fighter al cine nuevamente.

Mortal Kombat, insistentes con el mundo del cine

Imagen cortesía

Otra franquicia muy importante en el mundo de las luchas en los videojuegos, es la saga Mortal Kombat.

Este videojuego es reconocido por sus particulares personajes, y en especial por sus escenas tan explícitas y sangrientas, marca especial de la franquicia.

Similar a Street Fighter, Mortal Kombat estaba en un pleno crecimiento de popularidad mientras salía en consolas y máquinas de arcade.

La producción estuvo a cargo de New Line Cinema, una productora estadounidense filial de Warner Bros.

La producción del largometraje tuvo un costo de 18 millones de dólares.

Al igual que el caso de Street Fighter, la película tuvo muy buen recibimiento en taquilla, llegó a más de 120 millones de dólares.

También guarda similitudes con la apreciación de los críticos especializados, los fanáticos del juego y el público popular; con diversas opiniones mixtas.

Algunos la catalogaron de ser entretenida y cumplir con su motivo de mantener la atención de los espectadores.

Asimismo, otros criticaron fuertemente lo "bajo presupuesto" que se veían diversos aspectos como los trajes y los efectos especiales.

A diferencia de Street Fighter, el equipo de Mortal Kombat extendió la historia y sacaron dos películas y una serie animada.

En 1997 salió "Mortal Kombat: Aniquilación", cuya producción salió mucho más cara que su antecesora, unos 30 millones de dólares.

En esta ocasión, las críticas se mantuvieron, acercándose más a la mayoría de negativas.

Mientras tanto, los números tampoco salieron tan bien a nivel de taquilla. La película recaudó poco más de 50 millones de dólares.

La franquicia y sus adaptaciones al cine se quedaron congeladas en el tiempo, hasta que en 2021 salió un reinicio de la saga en la gran pantalla.

Esta nueva versión trajo las bondades de la tecnología y la modernidad para el apartado de los trajes, los efectos especiales y los escenarios.

Sin embargo, Mortal Kombat en el mundo del cine no se salva de las críticas mixtas, y nuevamente la taquilla no estuvo tan a favor tampoco.

Aún así, la franquicia de los "Fatalities" tiene deseos de continuar la historia.

Super Mario Bros: ¿La peor película de videojuegos en la historia?

Imagen cortesía

Antes de todo el revuelo por la nueva película de Mario que saldrá el próximo año 2023, existió otra versión del mítico fontanero de Nintendo en la gran pantalla.

Esta fue la primera película basada en un videojuego que se hizo en Hollywood, estrenada en mayo del año 1993.

A diferencia de los anteriores casos mencionados, la película de Mari Bros del año 93 fue un ejemplo claro de cómo no se puede adaptar un juego al cine.

Las críticas fueron muy duras con esta pieza que no se esforzó en ser fiel al videojuego original de Nintendo.

Muchos personajes que no debían ser humanos, lo eran. Los personajes que no eran humanos, fueron adaptados a criaturas totalmente extrañas.

Es un meme del internet ver las versiones de Yoshi hecho un velociraptor, lo desproporcionado que lucen los Goombas, o la trasnformación de Bowser en una especie de Tiranosaurio humanoide.

La película contó con un reparto decente, Bob Hoskins interpretó a Mario, ya famoso por su papel en "¿Quién engañó a Roger Rabbit?".

También con figuras consagradas como Dennis Hopper o un joven futura estrella John Leguizamo. Sin embargo, no había por donde rescatar la película.

En cuanto números, le fue terrible, quedó en números rojos. Luego de invertir 48 millones de dólares en su producción, recaudó 20 millones en taquilla, perdió más de la mitad del dinero invertido.

El ya fallecido actor Bob Hoskins dio una entrevista al diario The Guardian, en el cual se le preguntó sobre el peor trabajo que había hecho.

"¿El peor trabajo que hice? Super Mario Bros. Fue una pesadilla", expresó Hoskins muy decepcionado de ese trabajo en su carrera.

Asimismo, Shigeru Miyamoto, creador del personaje en Nintendo, no mostró mucho desencanto, pero sí criticó lo "excesivamente realista" que fueron con el mundo de Mario y sus personajes.

La relación entre cine y videojuegos puede reforjarse

Imagen cortesía

Los tiempos modernos mejoraron la relación entre cine y videojuegos, gracias a las tecnologías que permiten adaptaciones más fieles al producto original.

Sin embargo, la clave para que los videojuegos tengan mayor potencial en el séptimo arte, es que su producción tenga guionistas que respeten las narrativas de cada juego.

El videojuego Assassin’s Creed tuvo una adaptación en 2010, con una ambientación y un reparto bastante destacables, pero con una narrativa que se alejaba totalmente del sentido del videojuego original.

Estos detalles impiden que los fanáticos conecten con estos proyectos, y por ende, tras un muy probable rechazo en taquilla, se queden como historias inconclusas.

Los videojuegos merecen estar fuera de un saco lleno de adaptaciones fallidas, que existen muchas más que las mencionadas anteriormente.

Final Fantasy, Max Payne, Need for Speed, Tomb Raider, o Resident Evil, son algunos de los nombres de importantes juegos que no lograron hacer buenos trabajos en el cine para que pudiesen trascender en este mundo.

No obstante, proyectos como lo visto en Ready Player One (2018), las dos películas de Sonic, y muy probablemente la nueva película de Mario, son muestra de que la relación rota entre cine y videojuegos, puede reforjarse nuevamente.

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