Un padre de familia murió en la India hace exactamente 17 meses a causa de la pandemia global Covid-19, mismo tiempo que estuvo sin ser enterrado. Pues, sus familiares no creían que había muerto, sino que estaba en un estado de coma.
Pese a que las autoridades emitieron un certificado de defunción, los parientes del fallecido les llevaron la contraria y confiaban en que el hombre despertaría en cualquier momento.
El ciudadano, quien en vida respondía al nombre de Vimlesh Sonkar; contaba con apenas 35 años de edad y operaba como funcionario de impuestos en la India.
Tan pronto supieron de su deceso, los familiares iniciaron los planes para despedirlo en un gran funeral. Pero de repente, sucedió lo inesperado:
“Pagué la madera y el panditji (sacerdote). De repente, nos dijeron que Vimlesh volvía a respirar, pero no abría los ojos. Todos pensamos que sucedió un milagro”.
Esto aseguró Mohammad Tahir, uno de sus amigos, al diario local Hindustan Times.
Se regó por todo el vecindario el supuesto milagro. La madre y la esposa del hombre impresionadas decían que “estaba vivo” porque lo oían constantemente respirar. Por tanto, lo refugiaron en casa desde abril de 2021 y evitaron la inspección de las autoridades.
“Cada vez que se preguntaba a la familia sobre su paradero, decían que Vimlesh estaba enfermo…
La familia también trajo cilindros de oxígeno y les dijo a los lugareños que estaba en coma y que estaba siendo tratado en su casa. Estaban convencidos de que estaba vivo y mejoraría”, comentó la policía a medios locales.
Para conservar el cuerpo de su marido, la mujer usó Dettol, un popular producto de limpieza desinfectante y antiséptico.
Lo que impidió que las bacterias crecieran en la piel y lo mantuvo en una habitación con aire acondicionado las 24 horas durante los 17 meses.
La viuda también confesó que regularmente le daba masajes al cuerpo de su difunto esposo y le rociaba agua bendita conocida como “gangaja” sobre su cuerpo para despertarlo del “coma”.
El cuerpo momificado de Kumar fue retirado de la casa la semana pasada por funcionarios de la policía científica india, antes de ser incinerado el pasado viernes 23 de septiembre.
Con información de Agencias
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