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Unos monjes budistas convierten a enormes tigres de Tailandia en "gatitos" cariñosos

Martes, 04 de junio de 2013 a las 07:30 pm
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En Kanchanabur, al oeste de Tailandia, se ubica un lugar sorprendente. Se trata del Templo Budista de los Tigres donde habita un centenar de felinos además de caballos, jabalíes o monos, que pueden ser visitados por los turistas por unos 15 euros. Pero el tour no sólo incluye la entrada, pues los visitantes pueden hasta abrazar y jugar con los felinos, pues éstos son completamente mansos y hasta cariñosos.

A simple vista este es un panorama idílico, pues a qué amante de los animales no le gustaría acercarse a un tigre, poder alimentarlo, abrazarlo y hasta tomarse una fotografía con él, pagando una cuota que contribuye a su cuidado y la conservación de la especie.

No obstante, tanta cercanía de los tigres con los monjes que los cuidan y su actitud pacífica con los turistas, ha generado sospechas de organizaciones y ecologistas, quienes aseguran que esta actitud es contraria a los instintos salvajes de un animal de su especie. De hecho, el lugar fundado en 1994, fue acusado por la organización "Care for the Wild International" de "tráfico ilegal de tigres, maltrato físico sistemático e interacciones de alto riesgo entre las fieras y los turistas".

Los drogan para que no ataquen

En declaraciones al diario ‘The Sun’, la bióloga australiana Sybelle Foxcroft, quien trabajó en el templo durante varios años, aseguró que la mayoría de tigres del templo sufren desnutrición severa, además de otras enfermedades provocadas por la dieta que siguen, en la que no se incluye la carne roja. Además casi no realizan ejercicio y la atención veterinaria no es la adecuada.

Foxcroft sospecha que podrían ser drogados para presentarse al público, pues antes de salir sólo era permitido que comieran lo preparado por el personal tailandés del templo y que les causaba somnolencia. En alguna ocasión, la bióloga llegó a examinarlos y encontró que "sus ojos estaban dilatados a plena luz del sol, eran apáticos, sus lenguas colgaban sin fuerzas, y podrían haber hecho cualquier cosa con ellos que no iban a reaccionar en unas dos o tres horas", indicó la experta.

Gracias a las investigaciones realizadas, casi 40 grupos de conservación animal, incluído ‘World Wildlife Fund’, han pedido a las autoridades tailandesas que acaben con esta práctica y han advertido a los turistas de lo que sucede en el templo./TeInteresa.es

Miércoles 5/06/2013