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Nadar en el río Caroní: una experiencia extrema

Miércoles, 13 de marzo de 2013 a las 07:30 pm
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El río Caroní es El río Caroní es el segundo más importante de los ríos de Venezuela, alcanzando los 952 km desde el tepuy Kukenán. Se encuentra localizado al sur de Venezuela, en el Estado Bolívar siendo el principal afluente del río Orinoco, en cuanto a caudal se refiere.

Este fin de semana tuve la oportunidad de nadar en este imponente “mar dulce”. Me sumergí en estas aguas gracias al Campamento de Triatlón realizado por César Valera y TriSoul. En este campamento tuvimos el placer de ver cumplirse el sueño de muchos venezolanos, nadar en el majestuoso río Caroní. Una sublime combinación de natación y naturaleza llamada “aguas abiertas”

Mi experiencia personal comenzó la noche anterior, cuando sentía tanta emoción que no lograba conciliar el sueño, durmiéndome muy tarde, para levantarme a las 5:30 am

Me uní a este grupo de triatletas, de Caracas y Puerto Ordaz, cuando llevaban varios metros de distancia. Decidí saltar desde el bote de apoyo para “alcanzar el grupo” y apenas toqué el agua, observé una temible oscuridad. Comencé a sentir una mezcla de emociones. Fue como una inyección de adrenalina, con un toque de pánico a lo desconocido. Mi ritmo cardiaco comenzó a aumentar, exageradamente rápido, a tal punto que me costaba respirar. Definitivamente entendí que nadar en un río no tiene parecido al brasear en el mar. Desde su: temperatura, sabor, densidad, color, sensación de flotabilidad, corriente, profundidad. Todo es diferente, hasta los animales que allí habitan.

Gracias a la mano amiga de Gellytza Rodríguez y César Valera pude nadar un poco el recorrido. Sin embargo, el conjunto de emociones era tal que sólo podía respirar agitada y sin control

Parece increíble que un río, que a la vista me dio tanta sensación de paz, haya logrado despertar en mí un choque de emociones extremas. Sensaciones en mi cuerpo y mente que sólo había vivido en caída libre, cuando me lancé en paracaídas.

Me siento agradecida con el imponente Caroní. Un río que me recordó que nunca hay que perder la humildad… Quizás para algunos el nado en aguas abiertas sea como para mí lo es rodar bicicleta: fácil y divertido. Por eso mi reflexión va más allá de mi vivencia radical. Todos tenemos un Caroní que afrontar y una bicicleta con que rodar. La pregunta es si estás dispuesto a romper tus propios límites.

¡Supérate a ti mismo y atrévete a estar en lo desconocido! Como me dijo mi amigo César Navas Jr tras bucear en La Ciénaga, a pesar de su grave lesión medular, “los límites están en la mente”.

¡Aloha!