Hace dos años, cuando estallaron las revueltas democráticas en el mundo árabe, la burocracia en la Unión Europea no obró con prontitud para proveer financición y demás ayuda que se necesitaba urgentemente en la región.
La situación provocó el enfado de los defensores de la democracia y obligó a un profundo examen de conciencia entre las autoridades políticas.
Así se creó una institución que cuenta con el respaldo de la UE y tendrá como objetivo financiar con celeridad las luchas democrática al momento que los recursos surtan el mayor efecto, a fin de evitar demoras como las ocurridas.
La Fundación Europea para la Democracia, con sede en Bruselas, comenzará a funcionar en el segundo semestre y la dirigirá el diplomático polaco Jerzy Pomianowski, que detalló en entrevista con The Associated Press el propósito del organismo.
"Existe un vacío y hay que llenarlo, he aquí la respuesta", dijo el lunes Pomianowski desde su despacho en el Ministerio del Exterior en Varsovia, en el que ocupa el cargo de subsecretario de estado.
Afirmó que la fundación ha recaudado a la fecha 18 millones de euros (23 millones de dólares) de diversos países europeos y concederá donativos a activistas y grupos defensores de la democracia con "menos condiciones" que los requisitos más rígidos establecidos en los programas de la UE.
Los principales beneficiarios se ubicarán en los países donde los miembros de la UE desean ver el florecimiento de la democracia y el respeto a los derechos humanos, así como la estabilidad.
Entre esas naciones figuran Bielorrusia, Siria, Libia, Egipto y un número de naciones en Europa oriental, el norte de Africa y el Medio Oriente.
Pomianowski dijio que un ejemplo de la simplificación de las operaciones del fondo será la entrega de financiación a grupos sin registro y la aceptación de solicitudes para recursos en árabe y ruso, en contraste con las que ahora sólo se reciben en inglés o francés en la UE.
La fundación también atendrá las solicitudes a a medida que lleguen en lugar de hacerlo en fechas determinadas, agregó. / AP.