AP
Bélgica, uno de los pocos países que ha legalizado la eutanasia, podría adoptar esta semana la medida sin precedente de abolir las restricciones de edad sobre quién puede solicitar muerte asistida, lo que extendería el derecho a los niños por primera vez.
Parece que el proyecto de ley tiene un amplio apoyo en el país. Pero también ha provocado una intensa oposición de sus detractores, entre ellos una lista de pediatras, y personas de todos los sectores que han realizado protestas callejeras, ante el temor de que se persuada a niños vulnerables a que se inclinen por la irreversible opción.
Quienes defienden la medida, como el pediatra Gerland van Berlaer, creen que es un acto compasivo que se debe adoptar. La ley será lo suficientemente específica que solo será aplicada a un puñado de adolescentes, niños y niñas con estados avanzados de cáncer o que sufren dolor insoportable, indicó.
Bajo la ley actual, se debe permitir que la naturaleza siga su curso o esperar hasta que tengan 18 años y puedan pedir que se les someta a la eutanasia.
"Hemos hablado sobre los niños que realmente han llegado al final de su vida. No es que tengan años o meses de vida. Su vida terminará de todas maneras", agregó Van Berlaer, director de una clínica en la unidad pediátrica de terapia intensiva del Hospital Universitario de Bruselas. "La cuestión que nos piden es: No me dejen partir de una manera terrible, horrorosa, déjenme ir como un ser humano y mientras tenga mi dignidad".
El Senado belga aprobó en diciembre por 50 votos a favor y 17 en contra una enmienda a la ley sancionada en 2002 sobre la eutanasia para que también se aplique a los menores de edad, pero solo bajo ciertas condiciones adicionales. Estas incluyen autorización de los padres y un requisito de que cualquier menor que desee la eutanasia demuestre "capacidad para discernir" con siquiatras y sicólogos.
La Cámara de Diputados, la otra cámara del parlamento, tiene previsto debatir la propuesta el miércoles y votar sobre esta el jueves. Se prevé que la medida sea aprobada.
El rey Felipe, jefe de Estado constitucional de Bélgica, debe firmar la ley a fin de que entre en vigencia. Hasta la fecha, el monarca de 53 años y padre de cuatro hijos no ha tomado una posición pública, pero su vocero Pierre De Bauw señaló que eso no es inusual. "Nosotros nunca hacemos comentarios sobre legislaciones que se debaten en el Parlamento", destacó De Bauw el martes.
Una encuesta de opinión halló que 75% de los belgas favorecen el proyecto.