Aunque la historia de Bianca Bravos no es primer caso de venezolanos que han partido a EEUU con la esperanza de poder labrarse una mejor vida y han encontrado decepción a su paso, es uno de los testimonios más recientes que no deja de impactar a los internautas de habla hispana.
El relato de Bravos se dio a conocer después del desmantelamiento de campamentos de inmigrantes debido a las extremas temperaturas, en Denver, Colorado, EEUU, ocurrido en el mes de enero.
“Yo les digo, de verdad no vengan, este ‘sueño americano’ no es ningún sueño, ¡Es un ‘sufrimiento americano’! Les ruego, de corazón des pido que no vengan”, exclamó Bravos entre llantos.
La venezolana, quien asegura contar con la profesión de médico en nuestro país, se vio alentada por su pareja y familiares para vender su casa, auto y más pertenencias en Chile para poder asegurarse mejores condiciones.
Esto, sobre todo debido a su condición de salud, ya que sufre ataques de epilepsia, además de la motivación de tener dos hijas (14 y 16 años), una de ellas con una discapacidad.
Y es que comenta con angustia que no ha tenido paz desde que llegó a EEUU, sin tener dónde quedarse son sus hijas, con el temor constante de dejarlas desamparadas debido a su enfermedad, y entre visitas constantes a salas de emergencia y centros de salud.
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Regresar a Venezuela
Bravos, quien llegó a EEUU el pasado 22 de diciembre, hace un pedido muy claro, asegura que prefiere ser deportada a seguir viviendo en la precaria situación en la que se encuentra, incluso pide ayuda para poder regresar a Venezuela.
Es prudente recordar que la ciudad de Denver tiene el más alto flujo de inmigrantes en todo el país, esto no solo ha generado caos, sino que disminuye las posibilidades de encontrar oportunidades o apoyo de forma rápida o eficiente.
Los refugios en la ciudad de Denver no se dan abasto y los campamentos en carpas son la única opción restante para los que no tienen otra esperanza.
A pesar de las fuertes críticas, el Alcalde de Denver, Mike Johnston, vetó el decreto aprobado por una mayoría de votos que habría impedido impedir los campamentos en temperaturas inferiores a 32 grados.
Miller dijo que una de sus preocupaciones más grandes con los desalojos en condiciones de frío extremo es que la ciudad tenga la capacidad de eliminar un campamento de la comunidad, sin tener recursos adecuados de recursos disponibles.
Con información de Univision y Telemundo
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