La crisis de desabastecimiento que atenaza al Reino Unido causa estragos en las gasolineras, con largas colas de conductores que buscan acaparar hasta la última gota de combustible pese al auge de precios y las "primeras señales" de estabilización anunciadas por el gobierno.
Aunque la demanda de gasolina se sitúa en el 90 % de los niveles prepandémicos, y las refinerías británicas cuentan con suficientes reservas. La mayoría de gasolineras en el Reino Unido acumulan días de sequía a causa de la escasez de transportistas.
Ante los ecos de desabastecimiento, el primer ministro británico, Boris Johnson, trató este martes de disipar el pánico. Aseguró que la situación "mejora" y urgió a la población a seguir "con sus asuntos de forma habitual". A repostar "como siempre, cuando se necesite".
Johnson insistió en que hubo una explicación "equívoca" sobre la escasez de transportistas en el sector que llevó a un "comprensible aumento de la demanda".
En la misma línea, el ministro británico de Transporte, Grant Shapps, pronosticó que la crisis de suministros remitirá medida que la población vuelva a sus "hábitos de compra habituales".
"Se ven ahora las primeras y muy tentativas señales de estabilización en las reservas, que aún no se reflejarán en las colas (de automóviles)", remarcó Shapps en declaraciones a la BBC.
MEZCLA DE FACTORES
El Brexit y la pandemia sumieron al sector de los conductores de vehículos pesados en una tormenta perfecta que llevó a la escasez de personal. También debida al envejecimiento de las plantillas, de 55 años de media, y a jubilaciones anticipadas.
A estos detonantes se suma "una mezcla de mala gestión y frenesí", según expuso este martes el director de la Asociación de Minoristas de Gasolina. El gremio agrupa a 5.500 gasolineras independientes del Reino Unido, de las cuales se quedaron sin suministros entre un 50 % y un 90 %.
En este aciago contexto, la empresa de servicios de carretera RAC informa de que hay "un pequeño número de minoristas" que se aprovechan de la situación subiendo los precios de la gasolina. Estos alcanzaron un máximo de ocho años, en 135,19 peniques el litro (1,52 euros), ante el incremento de los precios mayoristas del combustible.
Pese a los precios disparados, largas filas de conductores desfilan por las gasolineras del país con la esperanza de llenar el depósito en los pocos surtidores que quedan abiertos.
CONDUCTORES DESESPERADOS
Hisham Khalifa, residente en Essex condujo este martes hasta el centro de la capital británica, donde tiene su negocio, para tratar de repostar. Aunque sin éxito porque no quedaban reservas de combustible, comentó desde su coche a Efe.
Tampoco tuvo suerte Jordan Sloane, quien dijo haber visitado tan solo en esa mañana cinco gasolineras londinenses, algunas cerradas y otras con "enormes" colas. "Es un gran problema moverse por el país ahora mismo", lamentó.
Una "locura", en palabras del conductor, que podría poner en jaque a los servicios de emergencias. Según alertó en un comunicado el sindicato British Medical Association (BMA), que instó al Gobierno británico a facilitar a los sanitarios acceso prioritario al combustible.
Para atajar la crisis de desabastecimiento, que recuerda a algunos a la escasez de gasolina que en el año 2000 llegó a paralizar al Reino Unido. El ministerio de Defensa británico ordenó en la noche del lunes a conductores de camiones del Ejército que se prepararan para transportar combustible en caso necesario.
Asimismo, el Gobierno suspendió la aplicación de leyes sobre la competencia a la industria de los combustibles para facilitar el suministro a las gasolineras. También anunció la intención de ofrecer visas temporales a 5.000 conductores extranjeros de camiones cisterna de combustible y camiones de alimentos en las semanas previas a Navidad.
EFE
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