El Senado de Brasil creará una comisión de investigación sobre las denuncias según las cuales los servicios secretos de Estados Unidos monitorearon durante una década millares de llamadas telefónicas y mensajes de e-mail de brasileños y mantuvieron operando en Brasilia una base de espionaje por satélite.
Según el presidente de la Cámara Alta, Renan Calheiros, el pedido de investigación fue presentado por la senadora Vanessa Grazziotin, del Partido Comunista de Brasil (PCdoB), y recibió las adhesiones de 41 legisladores, 14 más que el mínimo necesario.
Calheiros aclaró que los partidos deberán designar ahora a sus representantes en la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), que tendrá once integrantes y recibirá un plazo de 180 días para presentar sus conclusiones.
"Esto es bueno, porque podremos tener la investigación y las respuestas que todos exigen", afirmó el senador, quien agregó que la comisión de investigación será instalada probablemente el 1 de agosto próximo, cuando se reanudarán los trabajos del Congreso después del receso regular de invierno.
Las denuncias sobre monitoreo de llamadas telefónicas y e-mails fueron divulgadas el domingo pasado por el diario "O Globo", en base a documentos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) filtrados por el ex informante del servicio secreto Edward Snowden, quien actualmente se encuentra refugiado en el área de tránsito del aeropuerto de Moscú y busca una forma de trasladarse a Venezuela, que le concedió asilo político.
Las informaciones motivaron un pedido de explicaciones del gobierno brasileño a las autoridades estadounidenses, y también estudios internos sobre la forma de aumentar la seguridad de las comunicaciones en Brasil, mediante la elaboración de un Marco Civil de Internet, que regulará el sector.
Entre las propuestas del gobierno de Dilma Rousseff, está la de exigir que empresas de internet instaladas en Brasil -como Google, Facebook y Twitter- mantengan almacenadas en el país las informaciones sobre los usuarios locales.
La medida forma parte del esfuerzo del gobierno por elevar el grado de seguridad del sistema de telecomunicaciones brasileño que, según reconoció este miércoles el propio ministro de Defensa, Celso Amorim, presenta "vulnerabilidades".
A su vez, al declarar hoy ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo, admitió que existe en el gobierno una "preocupación enorme" ante la posibilidad de filtración de "informaciones estratégicas", como por ejemplo detalles sobre los gigantescos yacimientos de petróleo y gas descubiertos en 2007 en aguas ultraprofundas de la llamada capa pre-sal del litoral brasileño.
"Tenemos una preocupación enorme por la posibilidad de filtración de informaciones estratégicas, como las informaciones sobre los yacimientos del pre-sal, pese a que la Petrobras posee un aparato con gran seguridad", afirmó.
Por otra parte, Bernardo aseguró a los senadores que el gobierno ignora las denuncias según las cuales una base de espionaje de la NSA operó en Brasilia al menos hasta 2002, como denunció "O Globo" esta semana: "Si hubo, el funcionamiento de esta base fue clandestino", aseveró el ministro, quien agregó que "no hay acuerdo secreto en el aparato del Estado". /DPA