Escoltado por la figura del prócer Simón Bolívar, Hugo Chávez descansa a más de diez días de su muerte en un sarcófago de mármol en el "Cuartel de la Montaña", un simbólico cuartel en Caracas que ya se convirtió en destino de peregrinación para sus seguidores.
En el centro de una sala adornado con columnas y pisos de azulejos, y flanqueada por cuatro soldados vestidos como húsares, la imponente tumba concentra las miradas de los visitantes a este edificio construido a principios del siglo XX y remozado con ladrillos ocres y rojos.
"Este es un momento de dolor. Se me puso el corazón chiquitico cuando lo vi en esa sala. Pero lo recuerdo con felicidad por todo lo que me dejó", dijo a la AFP, Lino Mejía, de 72 años, quien viajó desde el estado Lara (oeste) para ver a su líder por última vez.
Mejía y otros cientos debían contentarse con ver a lo lejos el monumento construido en uno de los salones principales del "Cuartel de La Montaña", el emblemático lugar donde Chávez inició su agitada vida política al liderar el fallido golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 y saltar a la fama tras pronunciar que sus objetivos no fueron cumplidos "por ahora".
En la entrada, uniformados advierten a los visitantes de no acercarse al sarcófago ni tomar fotografías.
El cuerpo de Chávez, que falleció de cáncer el 5 de marzo, fue colocado en el sarcófago el viernes durante una ceremonia a la que asistieron sus familiares, el presidente encargado, Nicolás Maduro, y el mandatario boliviano, Evo Morales.
Este sábado, Maduro regresó al cuartel donde se le explicaron detalles del monumento, según imágenes del canal estatal VTV.
Diseñado especialmente para la ocasión, el sarcófago está soportado por "la flor de los cuatro elementos" (agua, aire, tierra y fuego): una estructura de mármol verde y granito rojo que simula 21 pétalos grandes, como metáfora del "florecer de la nueva patria y de la América Nueva", dijo el maestro de ceremonias en el acto del viernes. Un espejo de agua yace alrededor.
Frente al público una inscripción tallada en la piedra indica: "Hugo Chávez, líder supremo de la revolución bolivariana".
Hasta aquí llegaron los restos del presidente venezolano luego de recorrer las calles de Caracas el viernes y tras permanecer nueve días expuestos en capilla ardiente en la Academia Militar de Caracas, donde cientos de miles de sus seguidores desfilaron ininterrumpidamente para rendirle homenaje.
En comparación, las filas a las afueras del cuartel eran notablemente más reducidas, y el horario de visita restringido a siete horas diarias.
El salón está lleno de fotos de Chávez, símbolos patrios, pensamientos del mandatario tallados sobre granito y tres pedestales que soportan los bustos de Ezequiel Zamora, Simón Rodríguez y Bolívar, figuras históricas que han sido consideradas como ejes ideológicos de la "revolución bolivariana".
A las espaldas de los guardias, dos grandes retratos de Bolívar custodian a todo el cuarto, mientras la marcha militar "Patria Querida" retumba sin cesar por los amplios espacios, inundados de luz natural.
Otros salones se han dispuestos para honrar con fotos la memoria del líder socialista en este cuartel enclavado sobre una meseta en la popular barriada 23 de enero -bastión del chavismo-, y con una privilegiada vista sobre Caracas.
En los salones se muestran en imágenes algunos de los momentos claves en la vida de Chávez como sus años de cadete o en la cárcel, mezclándose con fotos con sus más fieles amigos y aliados, como el líder cubano Fidel Castro, a quien consideraba su "padre político", así como la modelo británica Naomi Campbell o el astro argentino Diego Armando Maradona.
Miembros de la Guardia Presidencial y de la Milicia Bolivariana, constituidas por Chávez durante sus 14 años de gobierno para defender Venezuela de una "agresión externa", custodian el cuartel militar, también llamado Museo de la Revolución.
Con vista al Palacio de Miraflores, el lugar está plagado de símbolos que rinden homenaje a la memoria de Chávez: una bandera roja -color del oficialismo- y un viejo cañón, que dispara todos los días una bala de salva a las 16H25 locales (20H55 GMT), hora en la que falleció el gobernante.
Al igual que Mejía, cientos de personas, entre ellos embarazadas, niños y discapacitados, aguardaban pacientemente y en fila su entrada. Otros al llegar al sarcófago rompen en llanto.
"Lo que estamos viviendo aquí es histórico. Aquí vamos a completar un museo para honrar la memoria de comandante presidente", afirmó un seguidor que prefirió no revelar su nombre./AFP