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La Real Academia define como diáspora a la dispersión de grupos humanos que abandonan su lugar de origen. Eso mismo, por razones políticas, sociales y económicas, vive hoy Venezuela cuando 2,3 millones de ciudadanos han salido del país con rumbo principalmente hacia Colombia, Ecuador, Perú, Brasil y Chile.
Este éxodo masivo de venezolanos provocó que países y organismos internacionales tomaran cartas, ya que el asunto es serio.
En la primera semana del mes de setiembre la Organización de Estados Américanos (OEA), la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y cancilleres de 13 países latinoamericanos se reunieron para abordar el tema. Uno de los más delicados de América Latina.
Reuniones. De esa manera, la crisis migratoria venezolana fue el tema que convocó en la ciudad de Quito, Ecuador a 12 países entre ellos Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Ecuador.
El encuentro en Quito duró dos días y antecedió a la reunión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) programada para el miércoles 5 de setiembre, para tratar el mismo asunto. La agenda a discutir fue la problemática causada por el masivo flujo de ciudadanos venezolanos en los últimos tres años hacia los países fronterizos.
La delegación venezolana no participó en la reunión, aunque fue convocada al evento.
Luego de deliberar, la conclusión del encuentro fue "seguir acogiendo a los inmigrantes venezolanos, pero salvaguardando la seguridad de las sociedades receptoras".
CIDH y ONU. Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y tres organismos de la ONU hicieron lo propio y pidieron a los países de Latinoamérica que desarrollen una respuesta regional coordinada para responder al éxodo de inmigrantes y refugiados venezolanos.
En su comunicado, expresan preocupación por las prácticas discriminatorias que algunos venezolanos han padecido en los últimos meses, que va desde la solicitud de pasaportes para entrar a países fronterizos hasta la militarización de las fronteras y expulsiones masivas.
Los organismos enfatizaron la importancia de que la respuesta esté "basada en los derechos humanos y en el principio de responsabilidad compartida" y que, además, proteja los derechos de los inmigrantes y refugiados.
La declaración conjunta fue suscrita por la CIDH, el relator especial sobre los Derechos de los Migrantes de la ONU, Felipe González, y por tres entes de las Naciones Unidas: el Comité de Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares; el Comité sobre los Derechos del Niño y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
Del encuentro se produjeron 17 recomendaciones a los países latinoamericanos, entre las que figura acabar con las devoluciones colectivas, garantizar la unidad familiar en las migraciones y reconocer como refugiados a aquellos que temen por su vida.
La CIDH y las organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) también le recomiendan al Gobierno de Nicolás Maduro, promueva acciones para garantizar el acceso, la prestación y el paso libre de asistencia humanitaria para la población venezolana que está en crisis.
OEA. El miércoles 5 de setiembre, la Organización de Estados Americanos (OEA) también convocó a una sesión extraordinaria de su Consejo Permanente.
En el evento se analizó la crisis migratoria originada por la situación que se vive en la República Bolivariana de Venezuela.
El Secretario General de la OEA Luis Almagro recordó que "son millones ya los venezolanos que han huido de su país con la esperanza de restablecer sus derechos más básicos para existir".
Como consecuencia de la reunión, el Secretario General anunció la creación de un Grupo de Trabajo para analizar el tema migratorio de Venezuela más a fondo, que estará presidido por el político venezolano en el exilio, David Smolansky.
EVITAR EXPORTAR ESTA SITUACIÓN
El tema de migración venezolana también fue abordado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En ese sentido la Embajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley, refirió que "quienes sostienen que el problema de Venezuela es un asunto interno, vayan y díganle eso al pueblo de Colombia, al pueblo de Perú, al pueblo de Brasil y al pueblo del Ecuador".
Alertó que Venezuela puede exportar su situación a otros países.
De esa manera refiere que "la crisis política que vive Nicaragua es preciso evitarla para que el país centroamericano no se convierta en otra Venezuela o Siria".
En las redes sociales Nikki Haley hizo comparaciones de regímenes parecidos al de Venezuela. De esa manera indicó que "no debemos sorprendernos. Daniel Ortega y Nicolás Maduro están cortados de la misma tela corrupta. Ambos son estudiantes de la misma ideología fallida. Y ambos son dictadores que viven en el temor de su propio pueblo".
"A manos del régimen de Ortega, 25 mil nicaragüenses han huido con miedo a Costa Rica, los sacerdotes e iglesias han sido atacadas", refirió Haley.