Indudablemente, el amor se halla en esos pequeños detalles que a veces resultan imperceptibles, pero que cuando se acumulan, dejan como resultado un elemento indispensable repleto de afecto y bondad.
Dicen, que el respeto se gana de forma libre, y que no se impone doblegando ninguna voluntad; un ejemplo de ello fue la particular escogencia de un poco habitual padrino de promoción para acompañar a un conjunto de bachilleres hasta un sitial de buenas glorias: su graduación.
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Es así como un nutrido grupo de liceistas en el estado Carabobo no lo pensó dos veces para dictaminar que un adulto mayor que atiende la cantina en la institución educativa que los alberga, debía ser el hombre que les acompañase y les bendijera en este momento tan importante de sus incipientes vidas académicas.
El abuelo Hugo Piña, un venezolano de 77 años de edad; y quien en gran parte de su vida se desempeñó como maestro de obra en la albañilería con más de cinco décadas de experiencia, quedó tan sorprendido como extrañado cuando le informaron de tales honores, que su única y más natural reacción fue decir: «Yo no tengo ni medio».
La respuesta automática del señor Piña, generó múltiples carcajadas entre la juventud que lo aclama y que lo seleccionó. Para de inmediato indicarle que no le estaban pidiendo dinero, sino que se trataba de una elección con base en el afecto en tan poco tiempo han desarrollado por él.
Hugo Lino Piña Nouel, tal como fue nombrado al nacer hace casi 80 primaveras, trabaja en la cantina de la Unidad Educativa "Santa Eduviges" del Municipio Naguanagua, hace exactamente seis meses: Un tiempo al parecer suficiente para saber ganarse el cariño de estos futuros hombres y mujeres quienes de seguro lo llevarán para siempre en el corazón.
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Qué padrino: Abuelo atento y ejemplar
El abuelo Piña tuvo dos hijas dentro de su matrimonio de 53 calendarios, hogar cálido que formó junto a su esposa; y en el que cosecha además, cuatro nietos.
Quienes le conocen, lo describen como un ciudadano ejemplar, buena gente, carismático y colaborador; característica que le ha hecho merecer alta estima en su comunidad y ahora también en un liceo que le ofrece una bonita distinción, aún sin ser ese docente especializado de los que se ven a menudo, apadrinando a una promoción.
Elizabeth Armas, personal administrativo del plantel y una usuaria frecuente de la plataforma twitter con más de 15.000 seguidores en su haber, fue quien compartió este relato en su línea de tiempo; una historia que incluso no tardó mucho en viralizarse; sobre todo por su alta carga emotiva, esa que suelen llevar los mensajes cargados de pequeños instantes de sabiduría y amor.
«En el Liceo privado donde trabajo los graduandos escogieron de padrino de la promoción al señor de la cantina el abuelo se quedó sorprendido cuando los estudiantes le fueron a dar la noticia, solo dijo "yo no tengo dinero" entre lagrimas de emoción, todos se rieron», relató, acompañando después uno de sus twetts, con la imagen del ahora muy querido abuelo Hugo Piña, posando junto toda la promoción que le tendrá a la vanguardia.
Derroche de afecto para el abuelo Hugo Piña, «El señor de la cantina que siempre nos apoyó»
Bárbara Villalba, una estudiante de 5to año de bachillerato en el liceo "Santa Eduviges", narró el porqué sus votos tuvieron una sola dirección: «Es un señor que nos cae muy bien y nos ayudó en la labor social».
«Es verdad»… Confirma su compañero Gabriel López: «Lo elegimos porque es una persona muy agradable, era como tener siempre a alguien que era personal de la institución y a pesar de trabajar en la cantina, siempre estuvo muy pendiente de nosotros», señala el muy pronto nobel Bachiller.
Isabela Maldonado decidió también aportar su respuesta, para unirse así a un sentimiento generalizado: «Él contribuyó siempre con nosotros, nos ayudó en la labor social, aportando también en nuestro proyecto de investigación y tesis. Ah, y siempre nos da agua cuando le pedimos, es un señor muy amable».
Detalles invaluables…
Abel Fratello, por su parte; dejó una contesta que le hizo trasladarse a alguien muy amado: «Es una persona muy agradable y simpática. Él me recuerda mucho a mi abuelo. Lo considero como una persona respetable», apuntó.
En este mismo orden de ideas, el estudiante Jonathan Mateus; pondera lo bastante sociable que es el señor Piña; algo que considera como un gran poder: «Yo principalmente elegí al señor Piña por su gran poder de sociabilidad, es muy agradable hablar con él. Jonathan Mateus».
De esta manera, distintos graduandos dejaron por escrito en pequeños retazos de papel, la razón principal de su escogencia; extractos escritos a lapicero que le acompañarán quizás al señor Hugo Piña, como ese otro tesoro entrañable que ha obtenido: El afecto de quienes le admiran y le ven como un ejemplo a seguir.
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