Deisy Martínez
Emigrar no es “soplar y hacer botellas” y quienes alcanzaron el objetivo pueden dar fe de ello. Una vez tomada la decisión se requiere una buena dosis de paciencia, inversión de tiempo y dinero, de allí que quienes no disponen de recursos corren el riesgo de tomar un camino que parece fácil pero es el más peligroso por la situación de vulnerabilidad a la que se exponen: el de la migración desesperada que fluye a pie por la frontera solo con la cédula en la ma-no o en ocasiones indocumentados.
Quien decide buscar oportunidades de un futuro mejor fuera de Venezuela debe contar como mínimo con pasaporte vigente o con prórroga, antecedentes penales apostillados que no estén vencidos al momento de la entrada al país destino y partida de nacimiento legalizada y apostillada, más cierto capital, dependiendo de si la salida del país se producirá por tierra o por aire.
En mayo de 2019, el Saime ajustó el costo de los pasaportes, el cual quedó fijado en 160 mil bolívares, mientras que la prórroga por dos años cuesta 80 mil. La existencia de gestores es un secreto a voces, prestos para “ayudar” a quien tenga prisa por emigrar y verdes disponibles, pues por el documento por “debajo de cuerda” pueden llegar a pedir 2.000 dólares o más.
Algunos países decidieron aceptar pasaportes vencidos a sabiendas de las dificultades que presentan los ciudadanos para obtener el documento a través del Servicio Administrativo de Identificación y Extranjería (Saime). Para la apostilla (certificación de un documento público para que adquiera validez internacional) es preciso que cada documento (máximo 15 por cita) lleve su timbre fiscal de 0.5 a 1 Unidades Tributarias (UT), valorada actualmente en Bs 50. Yoselin Vargas hizo sus maletas con rumbo a Uruguay en junio de 2019 por vía terrestre, la demora para lograr una cita a través de la web de Legalización y Apostilla del Ministerio de Relaciones Exteriores hizo que recurriera a una tercera persona y pagar $10 por la partida de nacimiento.
Por un futuro mejor.
“Cada quien decide qué documentos se lleva apostillados al país que irá, creo que todos deben procurar llevar la mayor cantidad porque nunca sabes qué puedes necesitar. A mí me tomó de enero a julio de 2017 organizar mis papeles, apostillé dos partidas de nacimiento, mi título de comunicadora social, de postgrado en Comunicación Política, notas certificadas de ambas carreras con pagos casi simbólicos de 10 bolívares que hice a la Universidad de los Andes (ULA) y la Simón Bolívar y apostillé tres veces antecedentes penales porque se iban venciendo. No pagué gestor de ningún tipo, todo lo hice yo, porque para ese momento no tenía planes todavía de irme a ningún lado, fue con calma hasta que llegó el momento en enero de 2019”, relató Alicia Ramón.
Ese momento para Ramón fue cuando el Gobierno de Chile anunció la posibilidad de que los venezolanos obtuvieran en no más de tres meses, previa solicitud y entrega de algunos recaudos (pasaporte vigente, antecedentes penales apostillados, foto 5×5 con fondo blanco y partida de nacimiento legalizada y apostillada en el caso de los niños, una Visa de Responsabilidad Democrática a partir del 16 de abril de 2018. Por el documento cobran en el Consulado chileno en Caracas 30$ al cambio en bolívares según la tasa del Banco Central de Venezuela (unos Bs 622 mil 380 ).
La joven también tuvo que invertir entre octubre de 2018 y enero de 2019) $250 en una mudanza que le llevó desde Bello Monte donde vivía hasta San Cristóbal (Táchira), lugar de la casa paterna para dejar los inmuebles adquiridos, 25$ por un pasaje aéreo de Maiquetía a La Fría (en la actualidad tiene un valor de $35 por Laser y 400 mil bolívares por Conviasa), 60 mil pesos (Bs 359.476 aproximadamente) en taxi desde San Cristóbal a Cúcuta para sellar el pasaporte y $510 dólares un pasaje de avión de Bogotá a Chile, pues desde Maiquetía directo casi doblaba el precio.
Soltera, sin hijos, Ramón pudo ahorrar el dinero que le permitió emigrar con éxito con su trabajo fijo y con ingresos extras, pero cuando el bolsillo no alcanza muchos optan por abordar un bus para cruzar la frontera. Para llegar a Montevideo, Uruguay, desde San Cristóbal con conexiones, el gasto oscila entre $350 y $500 y el viaje dura 10 días. El trasladado desde Maiquetía – Montevideo en avión asciende a entre $910 y $1146 a través de líneas como Copa Airlines. Pero Yoselin Vargas de 19 años que no quería pasar tanto tiempo rodando ni podía pagar demasiado por un vuelo gastó $500 en total por un viaje en el que alternó aviones, taxis y bus para llegar en 4 días desde El Vigía (Mérida), pasando por Puerto Ordaz, Boa Vista y Porto hasta llegar a Montevideo. Sus primas que viven en Uruguay le costearon los boletos.
Antonio Navas, su esposa e hija de 8 años vivían en Guarenas, estado Miranda, partieron rumbo a Manaos, Brasil por tierra en mayo de 2018. “Mi hija ya estaba sufriendo de desnutrición y no lo podía permitir”, dijo. A través de la venta de una cocina, lavadora, secadora, DVD, vajilla, juguetes y ropa y hasta un tensiómetro reunió 10 millones de bolívares fuertes y $300. Se fueron los tres con documentos en regla, menos los pasaportes.
“En el Saime fue imposible que nos lo entregaran y alguien nos estaba cobrando $1.800 por cada uno”, acotó. Pese a ello llegaron a destino sin trabas y la pequeña ya está recuperada.
Pero también hay migrantes de a pie que van a parar a campamentos y refugios habilitados por Gobiernos como el neogranadino, el brasileño y el ecuatoriano. Al principio solo se les pedía cédula luego el éxodo llevó a exigir pasaportes. El diputado de la Comisión de Política Exterior del Parlamento, Ángel Medina, advirtió que los indocumentados son presa fácil de explotación laboral y sexual porque sus derechos se ven limitados No todos llegan, hay casos de niños y adultos que han muerto en la cordillera de Los Andes por bajas temperaturas porque no tuvieron otra opción que caminar.
Aparte de Chile, EEUU, Canadá y Panamá, recientemente Guatemala, Perú y Ecuador se sumaron a la lista de países que solicitan visa para el ingreso de venezolanos como medida de control ante la diáspora que se profundiza con la crisis venezolana. Desde el 15 de junio, el Gobierno peruano implementó una visa humanitaria para venezolanos quienes al solicitarla deben presentar pasaporte vigente o vencido, antecedentes penales apostillados, copia de la cédula y partida de nacimiento apostillada para menores de 9 años, permiso de viaje, fotografía tamaño pasaporte a color y llenar el formulario DGC 005. La tasa consular es gratuita.
Ecuador hizo lo propio a finales de agosto. En este caso los criollos deben pagar $50 al cambio a tasa BCV por el formulario de solicitud de visa, más la documentación.
Costos y medidas
Según la ONU, hasta junio de 2019, alrededor de 4 millones de venezolanos han salido de Venezuela desde 2015 y naciones suramericanas como Colombia (1,3 millones de criollos hasta la fecha), Ecuador (Un millón) Perú (768 mil), Chile (400 mil) , Brasil (350 mil) y Argentina (170 mil) son las principales receptoras.
Un decreto del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó en mayo más un acuerdo que emitió la AN en agosto de 2018, extendieron la vigencia por 5 años de los pasaportes vencidos.
Con ciertas condiciones algunos países reconocieron la medida entre ellos EEUU, Canadá, Costa Rica, Paraguay, Colombia, Argentina (no más de 2 años) y España (para los que ya residen allá).
Para el diputado de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional (AN), Ángel Medina, los controles migratorios impuestos por otros países a migrantes venezolanos y que han ido profundizándose a medida que el éxodo crece por la falta de soluciones a la crisis venezolana , no son una causa sino la consecuencia de un modelo político que se impone a la fuerza y no brinda oportunidades de una mejor calidad de vida ni de un futuro próspero para los criollos.
“Los venezolanos están huyendo con o sin papeles, con o sin dinero, arrastrados por problemas de salud no resueltos, en muchos caos sin escolaridad y ni siquiera vacunas, causando una crisis migratoria sin precedentes en la región. El problema no está en que los países pongan sus límites, es que la única forma de parar el desastre es que se produzca un cambio político. Una vez que el país recupere su estabilidad muchos de los que están afuera, sobre todo en condiciones vulnerables volverán”, dijo.
Alertó que quienes cruzan las fronteras a pie, principalmente mujeres, niños e indocumentados se exponen a trata de personas, tráfico de órganos entre otras formas de explotación y que existen mafias al acecho que se aprovechan de la situación. Advirtió que el éxodo no se detendrá, al contrario, aumentará en la medida en que los problemas se agraven, solo que los migrantes se encontrarán con mayores dificultades por los requitos. Destacó que el apoyo internacional logrado por Juan Guaidó y el Parlamento ha derivado en la flexibilización de requisitos como los pasaportes, al aceptarse los vencidos, el recibir partidas de nacimiento sin apostillar en colegios y planes de atención humanitaria en campamentos de puntos fronterizos para migrantes.
2019-10-05
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