Una estatua de bronce del dictador soviético Iosif Stalin luce desde en la ciudad georgiana de Telavi tras ser instalada al lado del memorial en honor de los soldados caídos durante la Segunda Guerra Mundial.
El presidente de la Sociedad Internacional Stalin, Grigol Oniani, aseguró a Efe que la estatua, de dos metros de altura, fue creada con dinero de las donaciones de muchos habitantes de esta ciudad de Georgia oriental.
"Nadie puede prohibirnos amar a Stalin, el más famoso de nuestros compatriotas", dijo Oniani.
La estatua fue descubierta en una ceremonia solemne, con flores depositadas a los pies de la figura de bronce y poemas en honor del segundo mandatario de la Unión Soviética, calificado por los asistentes como "la más grande personalidad del siglo XX".
La instalación de la estatua ha sido posible gracias a las autoridades municipales de Telavi, que permitieron la iniciativa del la Sociedad Stalin.
El anterior Gobierno georgiano, dirigido hasta hace un año por el Movimiento Nacional Unido (MNU) del todavía presidente Mijaíl Saakashvili, organizó una campaña contra todos los símbolos soviéticos, que comparó con los fascistas.
El MNU desmontó otro gran monumento al "padre de los pueblos" en Gori, su ciudad natal, y cerró un museo dedicado a su figura en la ciudad de Batumi.
Gracias al actual Gobierno del primer ministro Bidzina Ivanishvili, que derrotó al partido de Saakashvili en las elecciones de octubre de 2011, la estatua de Gori, también de bronce pero de nueve metros de altura, será devuelta a su lugar original el próximo 21 de diciembre, en el 134 cumpleaños del estadista soviético.
La patria chica de Stalin albergaba el monumento más famoso al dictador de toda la Unión Soviética, sobre todo después de que muchos otros fueran destruidos tras la campaña para desmontar el culto a su personalidad iniciada por su sucesor Nikita Jruschov.
También en Gori funciona desde 1957 la casa-museo de Stalin, visitada el año pasado por más de 30.000 personas y por otras 22.000 en lo que va de este año, 19.000 de ellas extranjeros.
En este peculiar santuario al hombre que en la mayor parte del mundo es recordado como uno de los mayores genocidas de la historia se guardan algunos de sus objetos personales, como una de sus famosas pipas, un par de botas, un capote, un teléfono o incluso menaje de cocina.
"Los georgianos no deben tener complejos de que existen estatuas y museos de Stalin. La gente se interesa por dónde nació y creció una persona que jugó un grandioso papel en toda una época. Nadie niega sus pecados, pero al igual que hay interés por Napoleón y Gengis Kan, también lo hay por Stalin", apuntó el historiador de la Universidad Caucasiana, Zurab Bragvadze.
Hace dos años, el museo de Stalin firmó un convenio con el museo de Mao Zedong situado en Shaoshan (China), localidad natal del padre del comunismo chino, tras lo cual muchos chinos visitan la que fue la casa del dictador soviético en Georgia.
Son muy populares entre los turistas los objetos con la imagen de Stalin que se venden en la tienda de regalos del museo, donde una botella de vino georgiano con su retrato en la etiqueta cuesta 25 dólares. EFE
2013-09-01