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París muestra el lado más conocido del fotógrafo de moda Erwin Blumenfeld

Domingo, 13 de octubre de 2013 a las 07:30 pm
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El fotógrafo de Vogue y Harper’s Bazaar Erwin Blumenfeld (1897-1969) recibe el homenaje del museo parisino del "Jeu de Paume" que hoy presentó una exposición que recorre la carrera del artista a través de fotografías, dibujos y fotomontajes.

La muestra, que se abre mañana al público, suma a las imágenes más asociadas al célebre fotógrafo estadounidense de origen alemán otros proyectos experimentales de fotografía, dibujo, collage o fotomontaje en los que trabajó durante toda su vida y que quedaron en la sombra por su carrera como retratista de moda y publicidad.

La directora del museo del "Jeu de Paume", la española Marta Gili, subrayó en una entrevista a Efe que "todo su trabajo más político y más experimental fue totalmente olvidado precisamente porque cuando emigró a los Estados Unidos se convirtió en uno de los fotógrafos de moda más importantes y mejor pagados"

Para Gili, de hecho, lo más importante en esta exposición no son las bellas imágenes de modelos y anuncios con las que Blumenfeld conoció la fama de la mano de cabeceras como Vogue, sino "los fotocollages y las manipulaciones con los que Blumenfeld se divertía", razón por la que la muestra se centra más en ese aspecto.

Por ahí empieza precisamente el recorrido, abriendo boca con dibujos y montajes que el artista realizó sobre todo entre 1916 y 1933 mezclando acuarela, tinta china o lápiz en collages llenos de color y confusión.

Tras este breve shock, la fotografía toma el mando con los retratos y autorretratos que Blumenfeld llevó a cabo a lo largo de toda su vida.

Ahí se dan la mano imágenes como la de la actriz Audrey Hepburn, cuyo rostro en blanco y negro se multiplica sin fin mediante un juego de espejos, o la del fotógrafo Cecil Beaton, hierático y parcialmente iluminado tras una máscara.

Entre algunas caras conocidas se cuela la del propio Blumenfeld, que desde que contaba con apenas 14 años empezó a autorretratarse. Aquí aparece junto a su cámara, tras un objetivo, o desnudo semioculto pudorosamente tras un trípode.

Y es que el desnudo también fue una parte importante de su producción por lo que protagoniza una sección de esta muestra con imágenes que van de los desnudos más clásicos, a los más vanguardistas como el titulado "In hoc signo vinces" (Por este signo tú vencerás).

Tras un breve espacio en el que se exhiben fotografías relacionadas con la arquitectura y el paisaje urbano, se da paso a una serie que para la directora del museo es "una de las más emotivas".

Se trata de seis imágenes reunidas bajo el título de "El dictador", una sucesión de retratos de Hitler recompuestos y superpuestos bajo todo tipo de manipulaciones que evitan mostrar el rostro del hombre y que a Gili resultan "impresionantes", pues "consigue hacer el retrato del horror".

Este trabajo que bebe directamente de las fuentes de las vanguardias fotográficas está además íntimamente ligado a la biografía del fotógrafo, ya que trató de desertar de los servicios alemanes durante la I Guerra Mundial y veinte años más tarde fue internado como judío en los campos de Montbard, Loriol, Le Vernet, Cactus y Agen.

Tras esta experiencia terrible consiguió llegar a Estados Unidos, un auténtico paraíso para Blumenfeld, donde conoció la fama gracias a su profesión.

Siguiendo su cronología vital la exposición pasa de estos retratos del dictador alemán a las imágenes de moda donde hay modelos luciendo los mejores vestidos, dieciocho portadas de la revista Vogue o incluso un anuncio televisivo. EFE