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La crónica menor: el beato en Galicia

Sabado, 29 de octubre de 2022 a las 10:31 am
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La peregrinación a Santiago de Compostela, Galicia, portando las reliquias del beato José Gregorio Hernández ha sido una jornada histórica.

Ganar el jubileo del año santo compostelano junto con la entronización de la reliquia, en presencia de centenares de compatriotas gallego-venezolanos, en compañía del Arzobispo D. Julián Barrio y los Obispos de la provincia eclesiástica de Santiago ha sido un auténtico kairós.

Se puede llamar: una bendición para todos y la constatación de la difusión de la devoción al médico de los pobres.

En locales comerciales y turísticos, la imagen de José Gregorio tiene arraigo, siendo para nosotros una gratísima sorpresa.

El Dr. José Gregorio Hernández llega a Galicia

No solo ni tanto porque esté presente en esas latitudes sino porque alguno de sus rasgos de médico, creyente, laico comprometido con su fe y con la atención a los pobres, pionero de la modernización de la medicina en Venezuela y hombre de paz en medio de situaciones convulsas, dice mucho.

La santidad brota a borbotones de una personalidad muy especial que trasciende tiempos y lugares.

Santiago es en ocasión del año santo centro de muchos encuentros de carácter regional, nacional y de diversas disciplinas.

Coincidimos con las jornadas nacionales de liturgia a la que asistían unas doscientas personas de la Península.

La reliquia en Galicia

Llevamos una reliquia para cada una de las diócesis gallegas, pero la presencia de devotos está muy extendida en este noroeste peninsular.

Allí se nos acercó un sacerdote, párroco y rector de un pequeño santuario mariano situado en las cercanías de Santiago pero en tierras de la diócesis de Lugo.

Nos pidió la obtención de una reliquia, pues en esta pequeña localidad van muchos peregrinos sin faltar, por supuesto, los emigrantes de nuestra tierra.

El bello y verde paisaje se engalana con una iglesia de mediana dimensiones que data del siglo XVIII.

En su interior se encuentra la imagen de la Virgen, cuya devoción se remonta al siglo XI.

Destino para peregrinar

El lugar es sitio de peregrinación anterior a la dominación musulmana por la presencia de un ermitaño cuya fama de santidad atrajo a muchos.

Al parecer era de muy baja estatura por lo que el nombre del lugar, O Corpiño, “el cuerpecito”, hace alusión a su tamaño y pasó a ser el del entorno.

En siglo XII, hubo una aparición de la Virgen a unos niños, a quienes se apareció en varias oportunidades.

El asunto que tardó en ser admitido por los lugareños hasta que comprobaron el resplandor de la hermosa señora y la invitación a orar de manos de los pequeños pastorcitos.

Su última aparición fue un 24 de junio por lo que su fiesta se celebra ese día. La historia de Fátima o de Lourdes es muy parecida a la tradición de este paraje, al que acuden, según testimonio del párroco, más de 150 personas diarias.

Es una cifra significativa pues se trata de una pequeñísima aldea.

Un sitio apacible

Lo que pudimos observar nos encantó, y el saber que este pequeño santuario atrae a tantos devotos que camino de Santiago se detienen ante la bella imagen.

Su novena y las oraciones que recitan desde siglos es de una ternura y sencillez de la fe de hombres y mujeres que a lo largo de casi nueve siglos hacen presente la devoción a la madre de Dios.

En sus alrededores entramos a un restaurant del camino, y oh sorpresa, en el vestíbulo una imagen de José Gregorio Hernández.

Los dueños y vecinos le rezan, y ofrecen a los que abrevan en dicho lugar, la estela de bien de un médico, santo y dedicado a los pobres.

La sombra de José Gregorio nos conduce a experiencias que nos animan a seguir difundiendo su mensaje de bien, de paz y de servicio, a un mundo ávido de Dios.

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