El papa Francisco se expresó este lunes, a través de una carta, sobre las deportaciones masivas que ocurren en Estados Unidos desde la toma de posesión de Donald Trump.
Según informa la Conferencia Episcopal Venezolana, la carta es una copia de la enviada a los obispos de Estados Unidos.
Esta no es la primera vez que Francisco se pronuncia a favor de los inmigrantes y las injusticias que sufren en algunos países.
El sumo pontífice menciona en la misiva que la sociedad cristiana no debe ceder a las “narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados”.
La carta
En la carta, el papa comparte reflexiones sobre la migración en el contexto actual de los Estados Unidos, recordando la travesía del pueblo de Israel desde la esclavitud hacia la libertad, como se narra en el Éxodo.
Esta historia invita a reconocer la migración como un momento crucial en la historia, que reafirma tanto la fe en un Dios cercano y migrante como la dignidad inherente a cada ser humano.
Francisco subraya que Jesucristo, al encarnarse, vivió la experiencia de la inmigración y el exilio, lo que lo convierte en un modelo para quienes enfrentan situaciones similares.
También cita las palabras del papa Pío XII, quien describió a la Sagrada Familia como un ejemplo y consuelo para los migrantes y refugiados de todas las épocas.
Francisco enfatiza que el amor universal de Cristo enseña a reconocer la dignidad de cada persona, resaltando que esta dignidad trasciende cualquier consideración jurídica.
Por lo tanto, todos los cristianos y personas de buena voluntad deben evaluar las normas y políticas públicas a la luz de la dignidad humana y sus derechos fundamentales.
Preocupación por estados Unidos
El papa Francisco también expresa en la carta su preocupación por la crisis generada en Estados Unidos debido al programa de deportaciones masivas.
En su carta, destaca que la conciencia bien formada debe criticar cualquier medida que asocie la condición ilegal de los migrantes con la criminalidad.
También reconoce el derecho de un país a protegerse de quienes han cometido delitos graves, pero enfatiza que deportar a personas que han huido de situaciones extremas daña su dignidad y las coloca en una situación de vulnerabilidad.
El papa sostiene que un verdadero estado de derecho se refleja en el trato digno a todas las personas, especialmente a los más pobres y marginados.
En el texto, Francisco aboga por políticas migratorias que sean justas y respetuosas, resaltando que estas no deben construirse a expensas de otros.
Asegura que la dignidad humana es fundamental para la identidad de las personas y comunidades, y que el amor cristiano debe promover una fraternidad inclusiva, tal como se ejemplifica en la parábola del Buen Samaritano.
Identidad
El papa aborda también la importancia de la identidad personal, comunitaria y nacional, advirtiendo que ignorar consideraciones éticas puede llevar a distorsiones ideológicas que favorecen al más fuerte.
Reconoce el esfuerzo de los obispos de Estados Unidos en su trabajo con migrantes y refugiados, destacando que Dios recompensará sus acciones en defensa de los derechos humanos.
Por último, su santidad exhorta a los fieles y a todas las personas de buena voluntad a resistir narrativas discriminatorias que causan sufrimiento a los migrantes.
Enfatiza la necesidad de vivir en solidaridad y construir puentes de conexión, en lugar de muros de división.
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