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AYRE: Emisora pionera de la radio en Venezuela

Domingo, 22 de mayo de 2016 a las 08:00 pm
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Juan Ernesto Páez-Pumar | @JuanEPaezPumar

El domingo 23 de mayo de 1926 una ciudad aldeana, que a duras penas llegaba a los 200 mil habitantes, era testigo de un acontecimiento sin precedentes en su historia y en la del país. De pronto se abría una nueva ventana “al futuro”, a la “modernidad”, con la aparición de un invento que parecía una caja mágica llena de sonidos.

Venezuela se incorporaba entonces al mundo de la radio. Ese día la emisora AYRE Broadcasting daba comienzo de manera oficial a sus transmisiones desde sus estudios ubicados en el esquina de El Tejar en el centro de Caracas, con transmisores ubicados en los corrales del Nuevo Circo.

El permiso para la primera radioemisora venezolana había sido otorgado dos años antes, en 1924, por el Ministerio de Fomento al coronel del Ejército Arturo Santana, para más señas, edecán de José Vicente Gómez, Inspector General de las Fuerzas Armadas e hijo del dictador del momento, Juan Vicente Gómez.

AYRE operará como una empresa privada regentada por Luis Roberto Scholtz y Alfredo Möller, quienes son los que enamoran a Santana para adelantar esta aventura mediática en el país, hecho que ocurre en la misma década en que Estados Unidos y la Gran Bretaña (con la BBC de Londres) han incursionado con servicios regulares para su población con las ondas hertzianas.

El caso criollo tendrá una particularidad que hoy en día puede sorprender y hasta considerarse “adelantado a su tiempo”, pero a la larga será un boomerang para AYRE y sus dueños. La compañía aplica algo así como “radio por suscripción”, ya que los oyentes debían comprar los aparatos receptores a la emisora y al mismo tiempo pagar una cuota mensual por el servicio. Algo así como cancelar por el “decodificador” y tener una tarifa por un determinado plan al mes en la TV paga del presente.

Sin embargo en sus primeros tiempos AYRE cautiva al público venezolano, en especial el caraqueño, por la novedad que representaba. “Es como tener la banda marcial en la sala de la casa”, decían nuestros bisabuelos que vivieron aquella pionera época.

Pero aquello de la “piratería” no es cosa nueva. Aunque AYRE tenía el monopolio de la radiodifusión y comercialización de los radiorreceptores y su señal, no tardó en aparecer una competencia fuera de la ley: la radio de galena. Con ingenio y viveza, muchas personas armaron radios artesanales con una piedra sulfatada que se conseguía en las montañas de El Valle a la cual le adaptaban una bobina y cables de cobre y así se “robaban” las transmisiones de la única estación del momento.

Aquí empezó el declive del primer ensayo radiofónico en Venezuela. Al no tener otro ingreso que sus “suscriptores” (no hacía publicidad) las cuentas comenzaron a descuadrarse. Para colmo de males el “padrino” de AYRE, el general José Vicente Gómez, cae en desgracia con el régimen de su padre y es mandado al exilio, donde muere. El país luego se ve conmocionado por los eventos del año 1928, con la Semana del Estudiante (Generación del 28).

Un medio de comunicación siempre es para una dictadura una piedra incómoda. Es entonces cuando Scholtz y Möller deciden “bajar la Santamaría” de AYRE, por lo que la radio en Venezuela caerá en un prolongado “mute” de más de dos años hasta que el 9 de diciembre de 1930 se rompe el silencio con la irrupción de YV1BC Broadcasting Caracas, que con el tiempo se llamaría simplemente Radio Caracas Radio, hoy RCR 750 AM.

En nueve décadas la radio venezolana ha sorteado todo tipo de problemas y amenazas. Unas de tipo político, no faltan las legales, también las de tipo económico, así como los retos por la competencia que suponen otros medios y nuevas tecnologías.

Pero aunque se ha vaticinado muchas veces su desaparición, hoy la radio se siente más viva que nunca y, sobretodo, como uno de los medio de comunicación más inmediato y cercano a la gente, sus necesidades y anhelos.

2016-05-23