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Cáncer de mama: cómo recuperar la sexualidad después de la enfermedad

Martes, 19 de octubre de 2021 a las 03:37 pm
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El cáncer de mama es una enfermedad que afecta a nivel físico, emocional y social a las personas que la padecen con un impacto en distintas áreas de su vida, entre ellas, las relaciones de pareja y la sexualidad.

 “Los problemas de sexualidad son uno de los efectos secundarios más frecuentes del diagnóstico del cáncer y de su tratamiento”, señalan desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Desde esta entidad advierten que los cambios en la sexualidad tras la enfermedad son habituales y es necesario pedir ayuda a los profesionales.

“Tanto si tienes pareja como si no, es importante pedir información y apoyo en relación con tu salud sexual. Es especialmente importante poder preguntar a tu especialista antes incluso de comenzar el tratamiento oncológico; ya que esto puede determinar incluso qué aproximación terapéutica es mejor para ti", aseguran los especialistas.

Cómo afecta el cáncer en la sexualidad

Sobre cómo afecta el cáncer y su tratamiento (quimioterapia, radioterapia y/o cirugía) a la sexualidad, Laura Gómez, psicóloga clínica, destaca que esta enfermedad puede inhibir el deseo sexual. "Ya sea por factores emocionales que hacen que nuestra atención esté en la propia enfermedad y no en las necesidades sexuales o por los propios tratamientos que afectan a las hormonas y por lo tanto al deseo y a la respuesta sexual en general”.

¿Cómo repercute el tratamiento oncológico a las relaciones sexuales?

“Tanto en los hombres como en las mujeres afecta en las diferentes fases de la respuesta sexual; es decir, puede afectar en un principio al deseo sexual disminuyendo su frecuencia o intensidad. Pero también puede afectar a la fase de excitación y resolución u orgasmo”, asegura Gómez. 

Cambios físicos

En cuanto a los cambios físicos que pueden influir en las relaciones sexuales después de un cáncer, la AECC apunta la amenorrea o supresión de la menstruación; y como consecuencia de ello, la aparición de sofocos, problemas para dormir, sequedad vaginal y alteraciones en el estado de ánimo.

Otros factores que pueden repercutir a la hora de tener sexo tras un tratamiento oncológico son el cansancio, el dolor o el malestar que pueden derivar en menor deseo sexual. 

A nivel psicológico, la AECC comenta que “la ansiedad, el estrés, la depresión y algunos fármacos utilizados para su tratamiento también pueden provocar falta de deseo y pérdida del placer”.

Asimismo, desde este organismo indican que la baja autoestima producida por los cambios físicos a consecuencia de la enfermedad y los tratamientos también pueden afectar de forma negativa a la sexualidad.

Consejos para recuperar la actividad sexual tras el cáncer

Para Gómez, en primer lugar, es necesario darse tiempo a uno mismo para que vuelva a aparecer la respuesta sexual tal y como se recordaba antes del cáncer. Tener información de cómo reacciona el cuerpo después de una enfermedad como el cáncer siempre es útil.

“Es muy importante saber que los factores psicológicos y emocionales dificultan o ayudan a nuestra salud mental y sexual. Conocer y saber gestionar nuestras emociones de tristeza, miedo, ansiedad, frustración. Puede ayudarnos a llevar esa inseguridad de forma más adaptativa”. asegura la especialista.

En este punto, la AECC recomienda iniciar las relaciones sexuales tras el tratamiento oncológico dándole la misma importancia que éstas tenían antes del cáncer. Si tienes pareja hablar con ella abiertamente de tus deseos sexuales, miedos o la necesidad de esperar para retomar la actividad sexual. 

Si eres mujer, las molestias ocasionadas por la sequedad vaginal pueden mejorar y desaparecer empleando lubricantes vaginales antes de cada relación”, aconsejan desde la AECC.

Con respecto al uso de lubricantes, esta entidad recuerda que se debe prescindir de aquello de tipo hormonal; ya que estas cremas tienen que estar prescritas por un médico.

Claves

Según las especialistas, estas son las cinco claves para que el cáncer de mama interfiera lo menos posible en la vida sexual:
 
1-Tener una conversación sincera con el médico sobre los cambios sexuales que podrían experimentarse con el tratamiento. Es clave conocer la raíz del problema.
 
2-Hablar claramente sobre el sexo con la pareja, en un tono amigable y reflexivo, sin emitir juicios de valor o buscar culpables; sobre las medidas que pueden tomar juntos para mantenerse sexualmente conectados.
 
3-Procurar una mente abierta sobre las formas del placer sexual. Hay que aprovechar la oportunidad para aprender nuevas formas de dar y recibir.
 
4-Reforzar la autoestima. Si se pierde el cabello, puede optarse por una peluca, sombrero o pañuelo. Si uno de los senos fue extirpado, puede probarse con una prótesis externa. Lo importante es buscar la manera de sentirse mejor con una misma.
 
5-Emprender una rutina de ejercicios para los músculos pélvicos, con el objetivo de reducir el dolor; mejorar la función intestinal e incrementar el flujo de sangre en el área.
 
“En resumen, siempre hay opciones para hacer de la sexualidad un espacio de bienestar y placer, incluso en momentos de enfermedad. Lo normal es que haya días difíciles, en los cuales ni se hable del tema. Es muy importante no frustrarse en el primer intento y poner en práctica las opciones antes mencionadas; siempre con asesoría médica y conversando mucho con la pareja”, explicaron las expertas.

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