En la Casa Hogar Madre Teresa de Calcuta, ubicada en Catia La Mar, estado Vargas, continúan con la misión de la Santa Teresa de Calcuta, ayudar a los más necesitados brindándoles un techo, comida y sobre todo amor.
El 2001 se dirigió a dicha zona para compartir un día con las Misioneras de la Caridad y conocer más a fondo sobre las obras de la Madre Teresa y como funciona dicha casa.
La Hermana Superior Pasculine explicó que actualmente están al cuidado de 14 niños (esperan la llegada de un nuevo bebe en los próximos días) en condiciones especiales con diferentes problemas de salud.
Se conoció que la mayoría de los pequeños son enviados directamente desde la LOPNNA, en muchos casos son jóvenes de familias muy pobres o abandonados por sus familiares.
Por otra parte, La Hermana Yolanda compartió que una vez que ellos crecen son enviados a otras casas pero jamás dejan de estar bajo el cuidado de las Misioneras de la Caridad.
En la casa cuentan con ayuda de terapeutas y enfermeras para estar al tanto de los pequeños y ayudarlos en su crecimiento.
Sustento
En cuanto a cuál es el sustento que las Hermanas reciben para el cuidado de los niños, la Hermana Yolanda destacó que “vivimos de las divinas proveniencias” al explicar que son donaciones que reciben de los colaboradores o cualquier otra persona dispuesta a ayudar.
Los colaboradores, como María Fernanda Polanco, les hacen llegar comida, ropa y medicamentos.
“Nunca nos ha faltado nada, ni cuando estuvimos en la crisis más fuerte se les cambio la dieta a los niños”, relató la Hermana Yolanda, sentada desde la sala de la Casa Hogar.
Destacó que tienen prohibido “pedir en nombre de la Madre Teresa”. “Todo debe venir desde el corazón de la persona”, agregó.
En la casa hay tres turnos para que los especialistas atiendan a los niños, desde bañado hasta alimentación, como también hay horas de recreación.
Gaby, una joven de 20 años, es quien lleva más años bajo el cuidado de las Misioneras de la Caridad en Catia la Mar.
Contacto con la Madre Teresa
Tanto la Hermana Pasculine, oriunda de La India, como la Hermana Yolanda, quien es venezolana, compartieron a 2001 como fue estar de lado a la Madre Teresa de Calcuta.
Mientras la Hermana Paculine aseguró no haber compartido tanto con la Madre Teresa, debido a que dejo la India a temprana edad, la Hermana Yolanda comentó varias de sus vivencias con la ganadora al Premio Nobel de la Paz.
“Realmente era como una madre”, señaló la Misionera de la Caridad, quien se interesó en la mencionada congregación cuando tenía 19 años y leyó un artículo sobre las grandes acciones de la Madre Teresa.
“Yo llegue hasta esta casa y ella estaba aquí, de todo lo que leí imaginaba a una mujer grande y fuerte, pero era pequeña y humilde”, comentó la Hermana Yolanda.
“Cuando me la encontré y manifesté que quería formar parte de la congregación se asombró, porque ¿cómo era posible que una niña con mini falda quería ser Misionera de la caridad?”, relató entre risas.
La Casa Hogar cuenta con 10 monjas, quienes junto a la hermana Pasculine y Yolanda rezan cuatro horas y media cada día.
“El tiempo que pasamos rezando nos da la fuerza para compartir con estos niños”, señalan.
El inglés es el idioma principal con el cual se comunican las Misioneras de la Caridad, siendo este con el que rezan cada día.
“El trabajo de la Madre Teresa fue una extensión del trabajo de la virgen María”, concluyó la Hermana Yolanda, para irse a rezar un rosario en la capilla de la Casa Hogar.
Hoy, 5 de septiembre, se cumplen 25 años del fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta y las Misioneras de la Caridad tienen el compromiso de continuar con su vocación, ayudar a los más pobres tal y como se lo comunicó Jesús en su llamado a la Santa Teresa.
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