Por: María Isabel Rangel
En el país no se manejan cifras oficiales y exactas del número de estudiantes que han dejado su formación académica por razones personales, sin embargo, la ciudadanía evidencia el aumento del trabajo infantil en las calles venezolanas.
Fernando Pereira, cofundador y vocero de Cecodap señala que “la deserción escolar es uno de los indicadores más sensibles a la crisis social que afecta a las familias venezolanas, en la medida en que no hay condiciones para garantizar la manutención y los gastos básicos de los miembros de la familia”.
El consultado destacó que es así como los jóvenes son incorporados en la vida laboral (por decisión propia o de los representantes).
“Este fenómeno se genera cuando los adolescentes y niños buscan poder tener cómo cubrir su propia alimentación, sus propios gastos básicos y en algunos casos los gastos del resto de la familia, al igual que los hermanos mayores que salen a trabajar para que los más pequeños puedan ser alimentados”, explicó Pereira.
El también educador destaca que este es un fenómeno mundial pero que en el caso de Venezuela “es un proceso que se instaló con la llegada de la emergencia humanitaria compleja”.
De tal manera, expresó que debido a esto, se registran tantos niños trabajando.
Pereira puntualizó que en las ciudades hay una cifra elevada de niños en actividades laborales con la finalidad de generar ingresos, como los casos comunes en mercados y vendedores informales con mercancía como chucherías. Mientras que en las zonas urbanas rurales, los jóvenes buscan empleo en las actividades agrícolas y trasladando encomiendas como paquetes en las zonas extractivas del sur del país vinculados a la minería. “Todos en condiciones de vulnerabilidad”, indicó el investigador.
De acuerdo a lo explicado por Pereira, en el país reconocen trabajadores adolescentes mayores de 14 años “pero estos tienen que cumplir con unos trámites, sacar unos permisos para poder incorporarse al mercado laboral. Pero eso ocurre cuando son empleos formales que son supervisados, con normativas laborales. Sin embargo, los jóvenes en el país están mayormente en la economía informal”, añadió.
Para la deserción escolar existen otros factores, consecuencias de la pandemia por Covid-19, como problemas para la escuela online, falta del acompañamiento familiar, no tienen los dispositivos requeridos y la cantidad de docentes en zonas que tampoco cuentan con los recursos tecnológicos.
“Tenemos ahí una combinación que generó que aumentara la brecha, lo que distanció a los jóvenes de la posibilidad de educarse y los acercó a estar en la economía”, comentó el consultado.
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