El mar Mediterráneo es un verdadero tesoro de historia y maravillas naturales. Sus profundidades no solo guardan una rica vida marina, sino también sorpresas creadas por la mano del hombre.
Entre estos tesoros escondidos, hay una estatua que captura la atención de muchos por su significado e historia.
Sumida en las aguas frente a la costa de Italia, se encuentra una estatua única: el Cristo del Abismo, que mide 2,5 metros de altura y representa a Cristo con los brazos extendidos en un gesto de bendición, informó EFE.
Limpieza al Cristo de las profundidades
La colocaron en el lecho marino en 1954 como un homenaje a las personas que murieron en el mar.
Para su creación, se fundieron medallas de soldados italianos caídos, junto a cañones y partes de barcos, lo que la convierte en un poderoso símbolo del sacrificio de la Segunda Guerra Mundial.
Un equipo de buzos se encarga de su mantenimiento anual. Con mangueras de agua a presión, los especialistas eliminan los crustáceos y otros organismos marinos que se adhieren a la superficie.
Esta limpieza es crucial para proteger la escultura del deterioro. La estatua está a unos 18 metros de profundidad y a 300 metros de la playa, cerca de las localidades de Portofino y Camogli.
En un esfuerzo por preservar la historia y belleza de la escultura, diversas instituciones se unieron para llevar a cabo la limpieza. La Guardia de Finanza, los Carabineros, la Guardia Costera, la Marina Militar, la Policía Nacional y los Bomberos formaron un equipo de expertos.
La coordinación de estas labores estuvo a cargo de Alessandra Cabella, representante de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Liguria.
El lugar de inmersión más popular
El sitio del Cristo del Abismo es el lugar de buceo más popular del Mediterráneo. Su cercanía a la costa y su poca profundidad facilitan el acceso a buzos de todos los niveles.
La estatua está en la bahía de San Fruttuoso, un área protegida que atrae a muchos turistas.
Incluso las personas que no se sumergen pueden apreciar la escultura desde la superficie, pues los kayakistas y quienes practican paddleboard pueden verla sin problema.
Otras estatuas similares se encuentran en diferentes partes del mundo, como en Cayo Largo, Florida, y en Granada. Sin embargo, ninguna es tan frecuentada como esta, que no solo atrae a buzos por la belleza del fondo marino, sino también por el profundo mensaje que transmite.
Su ubicación en el corazón del Área Marina Protegida de Portofino la convierte en un destino turístico ideal para quienes aman el submarinismo.
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