El gobernador de Connecticut, Dannel P. Malloy, criticó duramente a los cabilderos de la industria de las armas de fuego el domingo al considerar que han hecho muy poco para detener la violencia relacionada con estas armas.
Apenas tres días después de promulgar una serie de nuevas restricciones sobre la compra de armas de fuego y cargadores de gran capacidad, el gobernador tachó de payaso a Wayne LaPierre, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Portadores de Armas (NRA, por sus siglas en inglés). Afirmó que los grupos que cabildean a favor de la industria quieren garantizar que ésta pueda vender armas en forma indiscriminada.
"Wayne me recuerda a los payasos del circo", dijo Malloy al programa "State of the Union" de la cadena CNN. "Son los que reciben más atención y por eso les pagan".
Los representantes de la NRA no respondieron a una llamada de la AP que solicitaba sus reacciones a la declaración de Malloy.
"De lo que esto se trata es de la capacidad de la industria de las armas para vender tantas como puedan al mayor número posible de gente, aunque esas personas estén perturbadas, aunque sean enfermas mentales o tengan antecedentes penales", dijo el mandatario estatal. "A ellos no les importa. Ellos quieren vender armas".
Robert Crook, director general de un grupo cabildero, la Connecticut Coalition of Sportsmen, dijo que las críticas esgrimidas por Malloy eran "absolutamente falsas".
"Esta es otra declaración con tintes políticos de un gobernador con poco conocimiento", dijo Crook.
Agregó que la industria productora de pistolas y fusiles en Connecticut apoya el establecimiento de una fuerza de tarea que combata el tráfico de armas, así como la realización de una revisión más estricta sobre los antecedentes de quienes las compran.
Andrew Doba, portavoz de Malloy, dijo que el gobernador demócrata dirigió sus críticas a los cabilderos, no a la industria de las armas. Malloy ha manifestado su deseo de que la industria de las armas, que tiene gran presencia en Connecticut, permanezca en el estado, aunque algunos fabricantes advierten que las nuevas restricciones perjudicarán sus negocios.
Casi cuatro meses después de que un sujeto mató a tiros a 20 niños y seis maestras en una escuela primaria en Newtown, los legisladores y Malloy promulgaron la ley, que añade más de 100 modelos a la lista de armas prohibidas en el estado. Impide también la venta de cargadores con capacidad superior a 10 proyectiles./AP