El decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, ofició hoy la misa "Pro eligendo Pontifice", previa al Cónclave, en la que hizo un llamamiento a la unidad en la Iglesia y pidió a Dios "otro Buen Pastor", de "corazón generoso", que promueva sin cesar la justicia y la paz en el mundo.
"Les exhorto a comportarse de manera digna, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándose recíprocamente con amor, tratando de conservar la unidad del espíritu a través del vínculo de la paz", dijo Sodano, echando mano de la carta a los Efesios del apóstol Pablo, "que empieza -afirmó- con un fuerte llamamiento a la unidad eclesial".
Ante los 115 cardenales electores, numerosos purpurados octogenarios, cuerpo diplomático y miles de fieles reunidos en la basílica de San Pedro, Sodano agregó que Pablo reconoce que en la unidad de la Iglesia existe una diversidad de dones, pero que esa diversidad "está en función de la edificación del único cuerpo de Cristo".
"San Pablo nos enseña que también todos nosotros tenemos que colaborar para edificar la unidad de la Iglesia y tenemos que cooperar con el Sucesor de Pedro, fundamento visible de tal unidad eclesial", subrayó.
Sodano, que no participará en el cónclave al tener 85 años, expresó la gratitud de los cardenales a Benedicto XVI y pidió a Dios que dé "otro Buen Pastor" a la Iglesia.
"Queremos agradecer a Dios el luminoso pontificado que nos ha concedido con la vida y las obras del 265 sucesor de Pedro, el amado y venerado pontífice Benedicto XVI, al cual en este momento renovamos toda nuestra gratitud", afirmó el cardenal, en medio de un largo aplauso de los presentes.
Y añadió: "al mismo tiempo queremos implorar al Señor que pronto conceda otro Buen Pastor a su Santa Iglesia".
Sodano se refirió a la misión del papa y dijo que la "actitud fundamental" de cada buen Pastor es dar la vida por sus ovejas y que eso vale sobre todo para el Sucesor de Pedro, "ya que cuánto más alto y más universal es el oficio pastoral, tanto más grande tiene que ser la caridad del pastor".
Pidió asimismo a Dios un nuevo papa "con un corazón generoso" y señaló que en la línea de los últimos pontífices, el sucesor de Benedicto XVI debe promover "sin cesar la justicia y la paz".
Sodano se refirió también a la importancia de la evangelización, a la que llamó "la más alta e integral promoción del ser humano".
La misa votiva fue oficiada en latín, aunque las lecturas se hicieron en español e inglés y las intenciones en francés, swahili, portugués, malayo y alemán.
Asistieron a ella varios centenares de obispos y arzobispos, entre ellos el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein, que es también el secretario particular de Benedicto XVI.
Durante la misa los fieles pidieron por los cardenales electores, por todos los pueblos de la tierra, por las necesidades de la vida y por la familia.
Tras la celebración, los purpurados se retiraron a la residencia de Santa Marta, donde se alojarán durante los días que dure el cónclave y a cuyas habitaciones -sorteadas- entraron a primeras horas de hoy.
A las 16.15 hora local (15.15 GMT) los 115 cardenales se reunirán en la capilla Paulina y desde allí en procesión se dirigirán a la capilla Sixtina, donde entrarán a las 16.30 horas local (15.30 GMT) y se encerarán en cónclave ("bajo llave") para elegir al sucesor de Benedicto XVI. Ya hoy votarán los cardenales.
Los purpurados, que desde el pasado día 4 se han reunido a diario para preparar la asamblea, ocuparon a primeras horas de hoy las habitaciones que le han sido asignadas por sorteo en la residencia "Santa Marta", donde se alojarán durante el tiempo que dure el cónclave.
El cónclave se celebra sin que destaque un candidato fuerte, aunque todas las miradas están puestas en purpurados de iglesias dinámicas y jóvenes, como la africana y la latinoamericana.
Los "papables" que más suenan son el italiano Angelo Scola, de 71 años, arzobispo de Milán; el brasileño Pedro Odilo Scherer, de 63 años, arzobispo de Sao Paulo; el canadiense Marc Ouellet, de 69 años, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, y el arzobispo de Boston, el capuchino Sean O’Malley. EFE